Papa Francisco lucha por enseñar mensaje de pobreza a la Iglesia

Luchando contra los molinos, el Papa Francisco censuró hace pocos días, "la hipocresía de los hombres y mujeres consagrados que profesan el voto de pobreza y, sin embargo, viven como ricos" en su encuentro con 4.000 miembros de las comunidades religiosas surcoreanas en el complejo de Kkottongnae, unos 100 kilómetros al sur de la capital.

Es oportuno recordar que Corea del Sur ha protagonizado un rápido progreso material, con el deterioro de los valores morales, que lleva consigo el crecimiento económico. Al respecto el Jefe de la Iglesia Católica expresó: “Esta actitud daña el alma de los fieles y perjudica a la Iglesia”. Advirtió que es un "peligro que plantea el consumismo sobre la pobreza de la vida religiosa".

Proclama El Evangelio en otros países. El Papa expresa sin temor a las críticas del propio Vaticano que los pobres son el mensaje central de la Iglesia. Aclara que no tiene ninguna preferencia política y afirma que el mensaje central de la iglesia son los pobres. Contó que ha sido acusado de comunista por hablar de los pobres en sus mensajes religiosos. En una charla con jóvenes belgas de lengua flamenca, el papa Francisco se refirió sobre su forma de ver la palabra de Dios.

"Este es el corazón del Evangelio, soy creyente en Dios y en Jesucristo, para mí el corazón del Evangelio se halla en los pobres", afirmó el Sumo Pontífice en una entrevista a un medio belga. "Escuché hace dos meses a una persona que dijo: 'Con esto de hablar de los pobres este Papa es un comunista'. Pero no, esta es una bandera del Evangelio, la pobreza sin ideología, los pobres son el centro del mensaje de Jesús", enfatizó frente a un grupo de jóvenes.

Francisco lucha con la espada desenvainada. “Creo que no exageramos si decimos que el sacerdote es una persona muy pequeña: y que la inconmensurable grandeza del don que nos es dado para el ministerio nos relega entre los más pequeños de los hombres. El sacerdote es el más pobre de los hombres si Jesús no lo enriquece con su pobreza (…) A varios sacerdotes de alta jerarquía la riqueza material ha superado a su riqueza espiritual. “Vende lo que tienes, dalo a los pobres y sígueme”, no es un credo para esta clase de cristianos.

El discurso de Francisco es reformador: pone el dedo en la llaga, buscando que el mundo lo escuche. Ha hablado de problemas en la Iglesia sin temor a la venganza de parte de la curia romana, que cuando tiene ocasión se le enfrenta como sucede en el Perú. Los temas en cuestión son la presencia de corrupción, actitud de príncipes entre los cardenales, existencia de lobistas en la toma de decisiones, o temas de coyuntura como el matrimonio civil o el embarazo terapéutico.

El Papa de la Reforma lleva un año y su voz aún no se apaga. Las fuerzas oscuras del palacio pontificio parecen no intimidarlo. La Iglesia católica requiere de un cambio profundo para sobrevivir como religión cristiana o puede llegar a reconvertirse en una iglesia diferente. Tiene que escoger entre llegar a ser en verdad la Iglesia de Cristo o continuar como un organización religiosa internacional llamada “Iglesia católica apostólica y romana”, más amiga del Poder Oficial que de los pobres de la tierra.

(*) Miembro del Consejo Directivo de la Coordinadora Nacional para la Transformación de la Educación Peruana-CONATEP