Susana Villarán es el voto perdido

Recién las elecciones municipales se están calentando y tomando cierto interés en la población, luego del letargo del mundial de fútbol, los escándalos políticos, el mensaje presidencial y las continuas distracciones a la opinión pública.

A pesar de su táctica muda, el ex burgomaestre Luis Castañeda sigue liderando las encuestas, debido en gran parte al gran fracaso de la gestión de la alcaldesa Susana Villarán, quien incomprensiblemente va la reelección, luego que los limeños le perdonaran la vida al prometer ella que no volvería a postular, faltando a su palabra. Lima no puede votar por una candidata sin ética.

Villarán no es la retadora de Castañeda. Sus 80% de desaprobación a su gestión y que más del 75% de la población señala que no votaría jamás por ella. Está lapidada. Pierde tiempo y plata por su campaña millonaria. ¿Quién la habrá engañado? No es consciente que su presencia quita votación a otras candidaturas que tienen más posibilidades. Ella está bajando ya en las encuestas. Es el voto perdido.

Los estrategas de Castañeda le han asegurado que si sigue mudo bajará hasta 20 puntos e igual ganaría. Y si habla, baja por lo menos un punto cada vez que lo haga. Pero no lo tiene todo asegurado, hay muchos ejemplos que dan testimonio de ello y en la puerta del horno se les quemó el pan. Es hora de respirar otros aires.

Salvador Heresi, quien está empatado técnicamente con Villarán, es el personaje que puede ganarle a un Castañeda que, a todas luces, se ve soberbio y se nota que es su propio marketero. Aún no quiere enfrentar a la prensa, prefiere enviar sus videos enlatados. Más de la mitad de los votantes aún no conocen a Heresi, quien con una buena campaña y en un "rush" final, puede obtener las preferencias de un 40% de los votantes, además de tener un escaso voto de rechazo, superando así a Castañeda.

¿Por qué no optar por un candidato joven con experiencia? Lima puede optar por un futuro diferente. Los últimos doce años los alcaldes de Lima han cogobernado con los presidentes, sin ningún resultado tangible para la ciudad. Por ejemplo, ¿qué se hizo por la seguridad ciudadana? ¿Vivimos mejor acaso? Sabemos que la responsabilidad es del Gobierno Central, pero los burgomaestres son defensores del vecino y si hubieran tenido autoridad, liderazgo, hubieran exigido que se cautele la seguridad de los vecinos.

No hay que votar por candidaturas del pasado y que ya tuvieron su oportunidad. Lima necesita una nueva generación que la dirija, con empuje, con dinamismo, que plantee la ejecución de obras rápidas y como señala Heresi, una Lima moderna que compita con las mejores ciudades del mundo.