Ántero Flores-Aráoz, autor de estas líneas
Se inició la contienda para elegir a los nuevos presidente regionales y sus consejeros, así como alcaldes y regidores.
Son muchísimos los que han presentado candidaturas bajo los auspicios de partidos políticos, movimientos regionales y locales, todos los cuales tienen la obligación de dar a conocer sus hojas de vida, en que deben estar los más significativos datos de su actuación, en lo estudiantil, lo profesional, lo laboral, lo familiar, antecedentes penales y judiciales, actividades políticas, cargos desempeñados y un sinnúmero de otros datos que son relevantes para que el elector pueda escoger, pero bien, con conocimiento suficiente y sin que se le esconda información que de ser conocida podría hacer variar la decisión del elector.
Muchísimas veces nos hemos quejado de nuestros gobernantes, de los tres niveles, el nacional, regional y local, e incluso se ha imputado culpabilidad a las agrupaciones políticas, por presentar a personas que no reúnen idoneidad para el cargo, cuyos antecedentes hacen desconfiar de ellos y que exponen al ciudadano a tener autoridades impresentables.
Sin embargo son pocos los que reconocen que se trata de una responsabilidad compartida entre la agrupación política que presenta a sus candidatos y los electores que votan por ellos. La responsabilidad de los partidos y demás colectividades o agrupaciones políticas es por no haberlos seleccionado prolijamente o no tener filtros eficientes para impedir que personas inescrupulosas se enganchen con ellos. La responsabilidad de los votantes es por no haber investigado suficientemente sobre los antecedentes de los candidatos o por escoger simplemente a personas por su verbo florido, la simpatía que pueden mostrar o las propuestas que exponen, así ellas sean novedosas pero impracticables.
No se trata de un concurso de oratoria, tampoco de escoger a quien se muestra más fachoso en la fotografía de un panel, o a quien vende más sebo de culebra a los incautos. En las elecciones de octubre tendremos que elegir a nuestros gobernantes regionales y locales, por lo que es importantísimo conocer los antecedentes de los candidatos, pues si bien en la actualidad tenemos a algunas buenas autoridades regionales y municipales, también existen malas y muy malas, y algunas no solamente por ser incapaces de conducir exitosamente los asuntos públicos, sino porque con el correr del tiempo se ha conocido que son bribones y granujas, además de pícaros. Estamos hartos de corrupción, cierto, pero elijamos bien para no tener arrepentimiento.
(*) Publicado en el diario EXPRESO