Porque hay que seguir en la brega

Faltan menos de siete años para que el Proyecto Educativo Nacional –reconocido como Política de Estado- cumpla el plazo para el que ha sido propuesto: el 2021. Lo que queda de este gobierno y todo el siguiente son los encargados de concretarlo hasta donde sea posible. La doble e infrecuente tarea de ejecutar y evaluar está en curso y en ella algo (o más que algo) viene haciendo el Consejo Nacional de Educación.

A inicios de esta semana se han dado cita siete gobiernos regionales, los del norte, en la ciudad de Chiclayo –como en agosto se reunieron los del sur- para realizar un balance de lo avanzado en el cuatrienio que ya concluye y buscar una nueva agenda para el próximo periodo: 2015-2018. Hay plena conciencia de que, ya cerca de comenzar una nueva gestión en los gobiernos regionales, se necesita obtener el compromiso auténtico de las nuevas autoridades para tomar decisiones en el terreno de la educación. Todavía falta la segunda vuelta electoral en la mitad de los gobiernos regionales del país y aún estamos en el terreno de los ofrecimientos. Pero en enero deberán comenzar los cumplimientos.

El CNE y sus aliados buscarán exponerles a todos los nuevos presidentes regionales (o tal vez llamados Gobernadores) el próximo marzo, el acumulado de lo que se ha venido haciendo; mejor dicho: lo que sus antecesores han venido realizando. Porque pese a tanta vergüenza y tanta justificada crítica, hay gente que labora con denuedo y prueba con su compromiso y con sus actos, que la descentralización es una promesa abierta para los que creen en que el Perú es más grande que sus problemas.