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Domingo 30 de noviembre 2014

[Mirko Lauer] TLCs: Letra muerta ambiental

"Un editorial de The New York Times confirma que no todo va a ser saludos al Perú durante la COP 20. El diario regresa al tema de los cuatro ambientalistas asesinados por oponerse a las mafias de la tala ilegal. El NYT toma el caso como ejemplo de la desprotección de los nativos y sus tierras en las zonas madereras.", señala Mirko Lauer en su artículo publicado este domingo 30 de noviembre en el diario La República.
[Mirko Lauer] TLCs: Letra muerta ambiental
Foto: La República

 Mirko Lauer, autor de estas líneas

Un editorial de The New York Times confirma que no todo va a ser saludos al Perú durante la COP 20. El diario regresa al tema de los cuatro ambientalistas asesinados por oponerse a las mafias de la tala ilegal. El NYT toma el caso como ejemplo de la desprotección de los nativos y sus tierras en las zonas madereras.

Con la crítica desde el norte viene un par de propuestas concretas: ayudar a los indígenas a obtener los títulos de propiedad para sus tierras, y una reglamentación más estricta de la industria maderera. Con eso, añade el NYT, el gobierno peruano demostraría sus buenas intenciones en la lucha contra el cambio climático.

Este tipo de comentario y otros parecidos que dan vueltas por allí tienen como telón de fondo algunos acuerdos específicos firmados con EEUU y la Unión Europea dentro de sendos TLCs. Son cláusulas vinculadas al medio ambiente que cubren virtualmente todo nuestro territorio, que en su mayoría están siendo incumplidas, o cumplidas muy a medias.

Como los negocios al amparo de los TLCs van básicamente bien para todas las partes, nadie en el exterior se ha quejado. Solo el movimiento ambientalista local ha reclamado de los firmantes extranjeros el apoyo, es decir el cumplimiento, que alguna vez suscribieron. Algo que no va a darse con Lima de anfitriona de la COP 20.

Sin duda los gobiernos peruanos han recorrido con brío el camino de las buenas intenciones en estos temas. Nuestro Ministerio del Ambiente es activo, incluso proactivo en algunos aspectos, pero hacer que la legislación aterrice sobre el terreno viene resultando muy difícil frente a la presión de los intereses económicos legales, ilegales, y delictivos.

El gobierno hace esfuerzos, pero es la criminalidad, no los convenios, lo que pone los delitos económicos ambientales en el mapa de la política nacional. Los reflectores están alumbrando más que antes, pero nadie podría decir que las operaciones ilegales de tala o minería selvática del oro han retrocedido. Lo más probable es que estén aumentando.

El NYT ha elegido enfocar el tema desde la perspectiva de la desprotección y los derechos humanos de las minorías indígenas en la Amazonía. Tiene toda la razón, pero se queda corto, en el sentido de que también podría llamarle la atención a su propio gobierno, y a los de la UE acerca de las consecuencias económico-legales de las infracciones ambientales.

Lo que se necesita en las zonas donde la producción ilegal florece es recursos y colmillos para las autoridades ambientales. Pues aquello mismo que a menudo les sobra frente a las actividades legales, les falta frente a las ilegales.

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