El Perú aún no cumple sus compromisos con el cambio climático

El común denominador de las cumbres contra el calentamiento global es que los países acuerdan medidas que no se cumplen. En 1997, el Protocolo de Kioto decidió reducir los gases tóxicos en un modesto 5%, pero no solo se incumplió dicha meta sino que más bien la contaminación ambiental se extendió al 60%. Asistimos a la COP20 y en 2015 viene la COP21, pero todo sigue más o menos igual. Seguimos envenenando al planeta tierra.

El Perú también es uno de los países que se ha reunido varias veces para pronunciar discursos y formular propuestas pero no ha cumplido con sus compromisos. Las metas planteadas en el 2010 al 2021 no se han cumplido. Ahora la cumbre se realiza en Lima en medio de la contaminación ambiental generalizada. Sin embargo, lo que más han difundido los organizadores es la construcción de las instalaciones en el Pentagonito, el bufet y la diversidad de expresiones folclóricas.

En cambio no se habla mucho del tema de fondo: que las superpotencias y potencias mundiales reduzcan la emisión de gases contaminantes a la atmósfera. Por un lado tenemos a los  Estados Unidos de América EEUU y por el otro a la gigante China. Sin olvidar actualmente a la India, así como varios países asiáticos y la Unión Europea en mayor o menor grado. Es comprensible que los funcionarios eviten enemistarse con las autoridades de las potencias extranjeras, con quienes realizan el comercio exterior.

Ya sabemos cuál es el problema y cuál es la causa y, en consecuencia, cuál es la solución. Entonces ¿hasta cuándo seguiremos con estas reuniones protocolares para adoptar compromisos no vinculantes mientras el planeta tierra prosigue su destino hacia el exterminio de los seres vivos en el 2050? ¿Seguiremos congregando a delegados de 195 países del mundo sin exigir que EEUU y China juntos dejen de contaminar el ambiente en más del 45%?

Es peligroso proseguir pronunciando discursos a media voz o adoptando acuerdos solemnes en reuniones de personajes que sonríen de oreja a oreja en las imágenes que se difunden en la prensa mundial, sin tener la mínima intención de cumplir con los compromisos adoptados en las cumbres mundiales.El problema  en la negociación climática de la COP20 es lograr que 195  países del mundo acuerden metas para reducir las emisiones de  gases de efecto invernadero, que causan el calentamiento global.

Sin embargo, nuestro país que se enorgullece de ser el anfitrión de esta versión de la COP20 no ha cumplido con sus compromisos para reducir las  emisiones de gases contaminantes. El Perú en el 2010 asumió una serie de compromisos ante la secretaria de Naciones Unidas, de reducción de emisiones hacia el 2021 en tres sectores: forestal, de energía y en gestión de residuos sólidos.

Se trataba de alcanzar la meta de acabar con la  deforestación,  diversificar la matriz energética para alcanzar el 40% de participación de energías renovables, y llegar al 100% de tratamiento especial de residuos sólidos. Fueron acuerdos muy destacados con impresionantes discursos e intensa difusión mediática. ¿Se cumplieron estos compromisos?

No se cumplieron. Además no eran vinculantes. Fue una especie de saludo a la bandera. Y aunque parezca mentira, en esta oportunidad el Perú tampoco tiene preparada su contribución a la reducción de gases contaminantes, a pesar de haber transcurrido 4 largos años y ser el anfitrión de este magno evento. Increíble pero cierto. Conste que en 2015 se realizará la COP21 en París.

Declara el viceministro del Ambiente, Gabriel Quijandría, que “Estamos intentando que se tenga esto listo en marzo del 2015, cuando se espera que los países desarrollados hagan sus anuncios, como fecha límite. También se espera que hagan lo propio algunos países en vías de desarrollo. En todo caso, el Perú lo intentará”. No olvidemos que el efecto invernadero es cuestión de vida o muerte. Se necesita más energía y decisión. En la sierra ya comenzó el deshielo. Así están las cosas en el Perú de la COP20.

(*) Miembro de la Red Peruana de Divulgadores Científicos