El 2014 cerrará como un muy mal año político para el “humalismo”, la torpeza y mediocridad identificaron su actuación, sin embargo fue muy prolífico otorgando concesiones, hecho positivo, aunque no le sumará réditos en el corto plazo. La noticia de la firma de contratos, por más despliegue publicitario que se haga, genera empatías efímeras; muy diferente es la inauguración de la obra culminada, la infraestructura la perciben y usan los ciudadanos en su vida cotidiana, generando grata recordación en el presidente que la inauguró, no al que inició. Eso le ocurrirá a la presente administración gubernamental con: la línea 2 del metro de Lima, el gasoducto sur peruano, la línea de interconexión Moyobamba-Iquitos, el aeropuerto de Chincheros y la modernización de la refinería de Talara.
Esperamos que se inicie la construcción de todos los proyectos otorgados, y que tengan en el gobierno la solución rápida de los problemas que se presenten. No basta con mirar el pasado, hay que proyectarse al futuro. En el sector energético tenemos aún carencias en plantas de generación hidroeléctrica y poliductos con sus respectivos almacenamientos para gas licuado de petróleo.
Se espera que en el 2015 se otorguen contratos de demanda para hidroeléctricas de hasta por 1,200 megavatios (MW), hecho vital para el cumplimiento del objetivo que al 2025 podamos contar con una matriz de 60% de oferta de energía eléctrica con recursos renovables. Tengo entendido que aún faltan afinamientos para tener un expediente de concurso que sea atractivo para los inversionistas, estamos hablando de cerca de 2,400 millones de dólares de inversión.
En cuanto a los ductos y almacenamiento de GLP, es una necesidad postergada largo tiempo, el suministro del mercado local se concentra en un 85% en la producción de líquidos del lote 88 (Camisea) y geográficamente en la planta de fraccionamiento ubicada en la ciudad de Pisco, desde allí toda la logística se centra en un transporte marítimo y almacenamiento en el Callao, desde donde se reparte a todo el país. Se requiere con urgencia que se concesione el ducto Pisco-Lima, con almacenamiento incluido y se empiece a trabajar en uno similar Pisco-Mollendo, que permitirá ser un hub para la zona sur.