Para incinerar en Año Nuevo

Ofrezco algunos muñecos que me gustaría quemar por Año Nuevo en algún lugar muy visible.

Un CONGRESISTA IMPROVISADO, mal llamado “otorongo”. De esos impresentables que sólo han logrado representar incapacidad, ignorancia y aventurerismo. De esos que desprestigian a la política como la ciencia y el arte de gobernar, que debería ser.

Un ALCALDE IRRESPONSABLE. Especialmente aquellos no reelectos que abandonan obligaciones elementales –recoger la basura especialmente-, dejan impagos a sus trabajadores o comprometen gastos para complicarle la vida al que viene. Aquellos/aquellas ineficientes, diletantes o corruptos, a quienes no se debiera olvidar por eso mismo. Si se me acaban estos muñecos, tengo otros de Presidentes Regionales.

Un JUEZ INJUSTO. Que los hay y muchos, que demoran las sentencias hasta lo insoportable. Que conceden sin lucidez acciones de amparo, que cometen prevaricato o se enlodan en el soborno fétido.

Un MAL PROFESOR, o profesora. Que no merecerá nunca ser ejemplo de nada. Que no ha comprendido hasta ahora la inmensidad de su tarea. Que no ha sido capaz de entregar “esa dosis de alegría o amor en las personas cuya vida hemos tocado, para quienes nuestra existencia resultó decisiva”, como apunta León Trahtemberg.

Un POLICÍA INDIFERENTE. De ésos que rehúyen su deber con la sociedad o que visten uniforme con deshonor. Aquellos que desaparecen en las esquinas para no ver y cuidar lo que debieran. Los (y las) que conversan plácidamente por teléfono en su horario de trabajo.

Tengo más para achicharrarlos con el fuego de nuestro desprecio. Pero si siquiera pudiésemos hacer cenizas los que aquí cito, podríamos comenzar el nuevo año con la esperanza de que nuestro amado Perú sea mejor. Bienvenido 2015.