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Lunes 19 de enero 2015

[Editorial Charlie Hebdo] ¿Habrá aún de "sí, con peros" después del 7 de enero?

"Una pregunta sin embargo nos mortifica: ¿Es que por fin se hará desaparecer del vocabulario político e intelectual la asquerosa expresión “laico integrista”? ¿Es que se vamos finalmente a dejar de inventar circunvoluciones semánticas para calificar al igual a los asesinos y a sus víctimas?", dice el hebdomadario Charlie Hebdo en su editorial correspondiente a la edición publicada el 14 de enero de 2015, tan solo una semana después del atentado contra su sede que costo la vida a doce personas, entre ellas a parte de la plana mayor de los dibujantes de esta emblemática publicación francesa.
[Editorial Charlie Hebdo] ¿Habrá aún de 'sí, con peros' después del 7 de enero?
Foto: Difusión


Desde hace una semana, Charlie, publicación atea, hace más milagros que todos los santos y profetas juntos. Del que más podemos ufanarnos es que usted tenga en sus manos el hebdomadario que siempre hemos elaborado, en compañía de los que siempre lo han hecho. El que no has causado más risa, las campanas de Notre Dame repicando en nuestro honor… Desde hace una semana, Charlie levanta a través del mundo mucho más que montañas. Desde hace una semana, como lo ha dibujado tan magníficamente Willem, Charlie tiene muchos amigos. Anónimos y celebridades planetarias, humildes y pudientes, no creyentes y dignatarios religiosos, sinceros y jesuitas, aquellos que estarán con nosotros por siempre y quienes están tan solo de paso. Hoy, nosotros aceptamos a todos, no tenemos ni el tiempo ni el ánimo para establecer la diferencia. No obstante sin engañarnos. Agradecemos de todo corazón a quienes, por millones, simples ciudadanos o los que encarnan las instituciones, que están verdaderamente de nuestro lado, que, sincera y profundamente, “son Charlie” y que se reconocerán como tal. Y al diablo con los otros, a quienes de todos modos esto no les importa...

Una pregunta sin embargo nos mortifica: ¿Es que por fin se hará desaparecer del vocabulario político e intelectual la asquerosa expresión “laico integrista”?  ¿Es que se vamos finalmente a dejar de inventar circunvoluciones semánticas para calificar al igual a los asesinos y a sus víctimas?

A lo largo de estos últimos años nos hemos sentido un poco solos al tratar de responder a punta de lápiz las francas groserías y las trapacerías seudointelectuales que se lanzaban a nuestro encuentro y en contra de nuestros amigos que defendían firmemente la laicidad: islamófobos, cristianófobos, provocadores, irresponsables, atizadores de fuego, racistas, ustedes han buscado muy bien esto... Sí, nosotros condenamos el terrorismo, pero. Sí, amenazar de muerte a los dibujantes, eso no está bien, pero. Sí, incendiar un periódico, está mal, pero. Nosotros hemos escuchado todo, y nuestros amigos también. Nosotros hemos tratado de reír, porque es lo que nosotros sabemos hacer mejor. Pero nos gustaría, ahora, reír de otra cosa. Porque esto ya ha recomenzado. La sangre de Cabu, Charb, Honoré, Tignous, Wolinski. Elsa Cayat, Bernard, Maris, Mustapha Ourrad, Michel Reanud, Franck Brinsolaro, Fréderick Boisseau, Ahmed Merabet, Clarissa Jean-Philippe, Philippe Brahman, Yohan Cohen, Yoav Hattab, François-Michel Saada, no se había aún secado cuando Thierry Meyssan explicaba a sus amigos en Facebook, evidentemente, que se trataba de un complot judío-norteamericano-occidental. Se escuchaba, por ahí y por allá, a quienes no pueden nunca evitar muecas ante la manifestación del último domingo, dejando escapar cual babas por las comisuras de sus labios eternos argumentos orientados a justificar, abiertamente o en voz baja, al terrorismo y al fascismo religioso e indignándose, entre otras cosas, porque se les rinde homenaje a los policías = SS. No, en esta masacre, no hay muertos menos justos que otros. Franck, que murió en la sede de Charlie, y todos sus colegas caídos a lo largo de esta semana de barbarie han muerto por defender ideas que, quizás, no eran incluso las suyas.

Vamos a tratar sin embargo de ser optimistas, a pesar de que no sea la temporada. Esperamos que a partir de este 7 de enero de 2015 la firme defensa de la laicidad sea algo evidente para todo el mundo, que vamos a dejar, lo que hacemos por postura, cálculo electoral o cobardía, de legitimar o incluso de tolerar el comunitarismo y el relativismo cultural que solo abren camino a una cosa: el totalitarismo religioso. Sí, el conflicto israelí-palestino es una realidad; sí, la geopolítica internacional es una concatenación de maniobras y emboscadas; sí, la situación social de las, como se dice, “poblaciones de origen musulmán” en Francia es profundamente injusta; sí, el racismo y las discriminaciones deben ser combatidas sin descanso. Existen felizmente varios instrumentos para tratar de resolver esos graves problemas, pero todos esos son inoperantes si falta uno: la laicidad. No la laicidad positiva, no la laicidad inclusiva, no la laicidad del yo no sé qué: ni más ni menos la laicidad. Ella es lo único que permite, porque promueve el universalismo de los derechos, el ejercicio de la igualdad, de la libertad, de la fraternidad, de la hermandad. Ella es lo único que permite la libertad de consciencia, libertad que niegan, más o menos abiertamente, según su marketing de posicionamiento, todas las religiones desde el instante en el que alejándose del terreno de la intimidad se desplazan al campo de la política. Ella es lo único que permite, irónicamente, a los creyentes, al igual que a los otros, vivir en paz. Todos los que pretenden defender a los musulmanes aceptando el discurso totalitario religioso defienden en realidad a los verdugos del Islam. Las primeras víctimas del fascismo islámico son los musulmanes.

Los millones de personas anónimas, todas las instituciones, todos los jefes de Estado y de Gobierno, todas las personalidades políticas, intelectuales y mediáticas, todos los dignatarios religiosos que, esta semana, han proclamado “Yo soy Charlie”, deben saber también que eso quiere decir “Yo soy la laicidad”. Estamos convencidos que, para la mayoría de los que nos apoyan, esto es evidente. Dejamos a los otros a que vean como hacen con esto.

Lo último e importante. Nos gustaría enviar un mensaje al Papa Francisco, quien, también, esta semana “es Charlie”: aceptamos que las campanas de Notre Dame tañen en nuestro honor si son las "Femen"* las que las hacen sonar. 

* Hace alusión al grupo feminista de protesta ucraniano con sede central en Kiev que fue fundado en 2008. La organización obtuvo fama internacional por sus protestas de pechos desnudos contra el turismo sexual, instituciones religiosas, agencias de matrimonio internacionales, sexismo y otros asuntos sociales nacionales e internacionales.

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