Los EE.UU. y Cuba están manteniendo conversaciones al nivel más alto en décadas en la capital cubana, La Habana.
Las conversaciones son parte de un deshielo en las relaciones entre los dos rivales anunciadas el mes pasado en los discursos simultáneos por el presidente estadounidense, Barack Obama, y su homólogo cubano, Raúl Castro.
Vienen sólo horas después de que Obama instó al Congreso a aprovechar la oportunidad de poner fin al embargo comercial de Estados Unidos contra Cuba.
Las conversaciones se centrarán en la migración y la restauración de las relaciones diplomáticas.
La delegación estadounidense estará encabezada por Roberta Jacobson, diplomática estadounidense para América Latina. La última vez que alguien de su nivel de antigüedad visitó Cuba fue hace 35 años.
EE.UU. pedirá que se ponga fin a las actuales restricciones a sus diplomáticos para que pueda actualizar su sección de intereses en La Habana para una embajada completa.
Los cubanos no han hecho pública su agenda, pero se espera que las conversaciones se centren en las cuestiones de migración el miércoles y las relaciones diplomáticas plenas el jueves.
El martes, el presidente Obama hizo hincapié en la importancia de la distensión en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba en su discurso del Estado de la Unión ante el Congreso.
Él dijo que su decisión de colaborar con Cuba después de décadas de relaciones congeladas tenía el potencial para "poner fin a un legado de desconfianza en nuestro hemisferio".