Viernes 26 de abril 2024 | Contáctenos
Lo que el Gobierno pensó que sería una sencilla operación de recorte de derechos laborales a la juventud cómo compensación a un sector equivocado de empresarios, que pretendían “ahorrar” o “recuperar” lo que el manejo de Ollanta y Nadine en materia económica les había quitado, resultó en una explosión social juvenil no calculada y que el 28 de este mes se expresará en el “5to pulpinazo”. Ese mismo día se llevará a cabo la discusión sobre el tema, en una sesión que la presidenta del congreso Solórzano tuvo que convocar obligada por las circunstancias.
El hecho de que el 80% de la población rechace la ley habla de que el sentido común acompaña a los jóvenes en su lucha, de que todos somos pulpines, en el sentido de que la inmensa mayoría del país reconoce que existe una afrenta clara del gobierno a los derechos de los jóvenes entre 18 y 24 años. Ello se ve fortalecido por el error de Ollanta de ordenar comerciales millonarios a favor de la ley en señal abierta de TV y de dar directivas a su cancerbero Urresti de apalear a la juventud y de retarlos cada vez que ha podido. Todo ello construye un rechazo mayor a la ley.
Dicho esto, hay que señalar que si las movilizaciones no han adquirido mayor impacto es por el liderazgo deficiente y el sectarismo absurdos de muchos sectores de izquierda radical. Yo soy aprista, pero entiendo que la movilización es de todos y no me gustaría ver a mis dirigentes con varias décadas de trayectoria tratando de encabezar físicamente la marcha, porque asumo, como hasta el momento las imágenes demuestran, de que entienden que éste movimiento debe ser genuino, juvenil y no manipulado u orientado; es por ello que me causa indignación observar a Lescano con ánimo desatinado de figuración o a los gerontocráticos líderes de la CGTP y a otros intentando jalar agua para su molino, aprovechándose de la lucha de todos los jóvenes.
Como la tremenda campaña en Francia tras el horrendo acontecimiento alrededor de la revista Charlie Hebdo, “Yo soy Charlie”, aquí todos los que creemos en un país progresista decimos “Yo soy Pulpín”, “todos somos pulpines”.
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