Jueves 18 de abril 2024 | Contáctenos
“La televisión es el espejo donde se refleja
la derrota de todo nuestro sistema cultural”.
Federico Fellini
Este analista estaba leyendo un artículo publicado por la colega María del Pilar Tello en el diario digital Generaccion, en el cual escribe una frase infeliz: “Al que no le guste que cambie de canal”, lo que motivo volver a tratar el extraño “juventicidio” que comete la TV basura en el Perú.
El último párrafo del Art. 14° de la Constitución Política del Perú de 1993 dice que “Los medios de comunicación social deben colaborar con el Estado en la educación y en la formación moral y cultural”. Asimismo, la ley 28278 protege al niño y al adolescente contra la TVadicción sadomasoquista.
Gracias a la inacción cómplice del Estado este artículo constitucional y su referida, la Ley de Radio y Televisión, son letra muerta en el Perú. La TV comercial no responsable prosigue con su propósito siniestro de llenar los bolsillos de los broadcasters a costa de la salud integral de la juventud peruana.
El Art. 40 de la Ley de Radio y Televisión (N° 28278) dice que “La programación que se transmita en el horario familiar debe evitar los contenidos violentos, obscenos o de otra índole, que puedan afectar los valores inherentes a la familia, los niños y adolescentes. Este horario es el comprendido entre las 06:00 y 22:00 horas.
He ahí el dilema para la pobre familia peruana: ¿TV o no TV? ¿Qué pueden hacer los millones de peruanos que solo tienen como medio de distracción un atractivo aparato de TV? Casi toda la TV comercial presenta la fórmula: calatas, crímenes y fútbol. Sostienen los defensores de la TV basura que “Esto es lo que le gusta a la gente”.
No se cansan de utilizar la falacia del rating para justificar su genocidio mediático contra la juventud peruana. Por una y otra pantalla basura han salido los acaudalados conductores de realities a declarar que los programas de TV se autorregulan y que el público tiene la “libertad” de cambiar de canal. Este “Argumentum ad populum” intenta ocultar la verdad de la realidad.
El problema no es que el público pueda o no cambiar de un canal basura a otro canal basura sino que la TV no debe presentar TV basura. Esta falacia de los broadcasters pretende reducir el problema a la “libertad” de escoger que tiene el público. Una falta de respeto a la inteligencia de los peruanos.
La realidad es la siguiente: 1) No debe presentar TV basura porque la Constitución y la leyes lo prohíben 2) No debe presentar TV basura porque produce un grave daño a las salud emocional, intelectual y física de la juventud, que se encuentra en plena etapa de formación integral.
Lo más grave es que las autoridades que están obligadas a intervenir para hacer respetar la legalidad, se callan en todos los idiomas. ¿Qué hacen los ministerios de Educación, Cultura, La mujer y poblaciones vulnerables y las autoridades eclesiásticas -por lo menos- para controlar este abuso de los medios en perjuicio de la juventud peruana?
El “Año de la diversificación productiva y el fortalecimiento de la educación” -lanzado con bombos y platillos por la burocracia tradicional- no logrará sus objetivos si la población se animaliza con la “cultura” de la TV comercial no responsable. La juventud en formación de valores humanos y sociales son las víctimas inocentes de un Estado complaciente y temeroso.
En “La civilización del espectáculo”, el Nobel Mario Vargas Llosa se lamenta de la creciente banalización del arte y la literatura. Critica -entre otros vicios que aquejan a la sociedad contemporánea-la primacía de las imágenes sobre las ideas. “Por eso los medios audiovisuales, el cine, la televisión e internet han ido dejando rezagados a los libros”, dice. Tiene razón: la TV basura hace brillar a las calatas, a los crímenes y al fútbol –no al deporte- sobre los valores humanos.
¿Se pueda considerar que la TV basura está incubando una generación de jóvenes basura? Por fortuna, la infección no ha llegado a toda la juventud. Miles de jóvenes tienen plena conciencia de sus derechos frente al abuso de los broadcasters y la complicidad de las autoridades. El espíritu de un pueblo está representado por su juventud más lucida y avanzada.
Este analista considera que la TV es un medio importante para entretener, informar y educar. Pero también puede ser un medio poderoso para mantener la ignorancia o la “animalización” de los televidentes, como dice desafiantemente el genial Marco Aurelio Denegri. La TV basura ha escogido la opción más fácil para llenarse los bolsillos: la TVadicción de la juventud. Lástima que esto sucede en el Perú del “…fortalecimiento de la educación”.
(*) Miembro de la Red Iberoamericana de Docentes.
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