A pocos meses de iniciarse la campaña electoral para las presidenciales y legislativas del 2016, no asoman las ideas, los que van en el pelotón de avanzada de esta maratón: Keiko Fujimori, Alan García y Pedro Pablo Kuczynski; hasta el momento han dicho más de lo mismo: inversión sinónimo de crecimiento, de allí se desprenderán los fondos para los programas sociales.
En pensamiento económico nada los diferencia, tienen el titular trillado, pero no se escucha como lo harán. El Perú del 2016, ya no es el mismo del 2006 y 2011. Corremos el riesgo que sea una campaña aburrida. El discurso grandilocuente de García, a los jóvenes les suena a decimonónico. PPK con su monotonía, discurso cansino y su parafernalia de pulseras, vinchas y muñecos coloridos, ya es una moda retro. Keiko con el mensaje de “yuppie” de Wall Street, que le preparan sus consejeros que creen que la política se maneja como una corporación listada en bolsa; no generará la emotividad suficiente como para votar por ella. Es decir no solo no acelerarán pulsaciones para vivar por ellos, sino que para los que piensan en el voto racional no tienen nada que ofrecer.
La agenda de temas para una propuesta de gobierno es diversa y extensa, pero aquí hay dos puntos medulares en la lógica de los tres candidatos referidos: ¿cómo piensan hacer para que la oposición de pequeños grupos organizados no traben la inversión en las industrias extractivas, que son la columna vertebral de la economía peruana? Y ¿cómo harán para que la burocracia estatal que hoy se ha convertido en una rémora por temor a las acusaciones futuras, puedan superar su trauma, que es valedero y legítimo?
No me vengan a decir que el ejercicio de la autoridad es la manera de superar la oposición a las industrias extractivas o que se sancionará a los funcionarios que no emitan las autorizaciones a tiempo. Eso es discurso cuartelario de bajo nivel, que solo demuestra indigencia de conocimientos para gestionar un estado en las circunstancias actuales. Señores, hagan un examen de conciencia, difícil tarea para ustedes, dedíquense al apostolado con propuestas tangibles, pues están allanando el camino para que el voluntarismo ramplón de Daniel Urresti, pase por encima de ustedes.