Inacción ante pasivos ambientales está embalsando grave problema
Diez años de operación comercial del gas natural en el Perú ha traído consigo billonarios beneficios en los sectores de: generación de energía eléctrica, servicio de transporte público e industria. El mercado creció exponencialmente, más allá de lo esperado, inequívoca muestra que hubo racionalidad económica en el suministro. No podemos decir lo mismo con el caso de la producción de petróleo, que ha experimentado un significativo descenso del orden del 37% en los últimos 16 años. Ambos productos, gas y petróleo, forman parte del sector hidrocarburos y las buenas señales del primero, se empiezan a opacar por las pésimas noticias que se recogen del segundo.
La percepción ciudadana, que es muy volátil sobretodo en lo positivo, tiene una larga recordación en lo negativo; en este caso lo que se ha exhibido de los daños ambientales en los lotes productivos: 1AB y 8. En este artículo me referiré solo al primero de los lotes, dejando para una segunda entrega la del segundo.
LA PRODUCCIÓN Y LOS PASIVOS DEL LOTE 1-AB
En el caso del lote 1-AB (hoy 192), ubicado en el distrito de Andoas, provincia de Datem del Marañón, en la región Loreto; lugar amazónico fronterizo con la provincia de Pastaza de la República del Ecuador; la producción petrolera data del año 1975, en pleno gobierno militar, cuando se inicia con un volumen de 4.3 miles barriles diarios (MBD), pasando por un máximo de 106.2MBD en 1979; año previo al retorno de elecciones democráticas; para caer estrepitosamente a 12.9 MBD del 2014.
En el período 1975-2000, la operación estuvo a cargo de Occidental Peruana Sucursal Peruana Inc; subsidiaria de la estadounidense Occidental Petroleum Corporation, con sede en el condado de Los Angeles, del estado de California. Empresa multinacional fundada nada menos por el neoyorquino Armand Hammer, célebre por sus muy relaciones con la Unión Soviética desde los albores de la revolución rusa y que la supo mantener aún en los peores momentos de la guerra fría. Mérito para alguien que tenía su centro de operaciones en los Estados Unidos.
En los 26 años de operación por supuesto que existieron altos pasivos ambientales sin que el estado haya hecho algo por remediarlos, ha sido el esfuerzo de cinco comunidades de la zona que ha permitido obtener un paliativo. En el 2007 demandaron a la Occidental en la Corte Federal del Distrito Central de California, obteniendo sentencia favorable en el año 2013, noticia no divulgada y recién ayer 5 de Febrero del 2015, se ha informado que la corporación americana se ha comprometido a crear un fondo para el desarrollo de las comunidades demandantes. Los detalles no son de conocimiento público, pues se ha mencionado que es de carácter reservado. Sería bueno saber si los recursos que se obtengan, aun no se ha formado el fondo, alcanzarán para remediar los pasivos ambientales creados, en la época.
En el año 2,000 durante el gobierno de Alberto Fujimori, la Occidental hizo una cesión al 100% de su posición contractual a la empresa Pluspetrol Corporation Sucursal Perú. Desde allí hasta la fecha han transcurrido 15 años con operación de esta corporación de capitales argentinos, que dado que se ha diversificado en el país, siendo el primer productor de hidrocarburos; por estrategia de negocios ha realizado escisiones corporativas y la encargada hoy en día es Pluspletrol Norte SA, cuyo propietario principal es la domiciliada en Gran Cayman, Pluspetrol Resources Corporation, quien oficia adicionalmente de aval de la referida.
En este período operativo también se han creado pasivos ambientales adicionales, que según ha declarado el día 4 de los corrientes, en el Congreso de la República, el Presidente de Perupetro, Luis Ortigas, requieren una inversión de 90 millones de dólares para remediarlos. Esta cifra representa aproximadamente el 21% de los ingresos brutos percibidos en el año 2014. La pregunta es ¿faltando tan solo 6 meses para que culmine el contrato, harán la inversión?
EL COMPORTAMIENTO DE PLUSPETROL Y DEL ESTADO
Sobre los inmensos daños medioambientales causados tanto por las operaciones de la Occidental y Pluspetrol, ha habido múltiples reclamos de: las comunidades amazónicas, de ONG, de congresistas y reportajes periodísticos. Además de sanciones del Osinergmin y del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), algunas se han cancelado y otras se han judicializado. Pero en estos últimos 15 años nada trascedente para que se revierta la situación ha ocurrido. Pluspetrol Norte SA, no ha dado señales de un cambio significativo, siempre el argumento ha sido que su antecesor fue causante de los problemas.
El estado por su parte, completamente laxo, no quiere colisionar con la empresa y con la caja fiscal, pues por concepto de canon y sobrecanon, las regiones Loreto y Ucayali, perciben un aproximado de 70 millones de dólares anuales. De no recibirse esos recursos, habría que apelar a fondos del tesoro público lo que para el Ministerio de Economía y Finanzas es una herejía. Por ello cuando podría haberse solicitado paralización de producción como medida sancionadora, se ha evitado llegar a ese extremo que es válido.
Hasta la fecha y con solo un horizonte de 6 meses por delante para que culmine el contrato vigente, no se sabe quien se encargará de la remediación, irresponsabilidad inconcebible.
EL POTENCIAL EFECTO DOMINÓ
El antecedente que ha dejado los pasivos ambientales, ha causado indignación ciudadana y va generar que se extrapole a otras operaciones de la empresa: lote 8, lote 88 y lote 56. Los dos últimos productores del 95% del gas natural y del 85% de líquidos de gas natural que consume el mercado interno y la exportación. Estos lotes, aún tienen una extensa tarea pendiente con el país, como garantizar el suministro para las termoeléctricas existentes y las que están en construcción. Si la empresa y el gobierno “humalista” que ya está de salida, no constituyen equipo de trabajo conjunto para solucionar el problema, la crítica a las industrias extractivas que ya existe, subirá de tono y corremos el riesgo que no se incremente la producción y que haya rechazo en los lotes exploratorios que se están promocionando. Muestra de lo mencionado lo acaban de tener en el distrito de Pichanaki, donde se encuentra ubicado el lote 108, nada menos que a cargo de Pluspetrol E&P SA, otra de las empresas del grupo rioplatense.
Señores de Pluspetrol y del gobierno pónganse a trabajar inmediatamente pues el país no se puede dar el lujo de tener más casos como el de la mina Conga, que ya ha tenido un alto costo; necesitamos ver su compromiso con el Perú.