Esta vez sólo quiero pensar que, como en tantas otras ocasiones, Líber Forti ha partido para cumplir alguna misión. Sin embargo, linyera incansable, volverá una tarde con su infaltable gorrita, su viejo maletín bajo el brazo, sus pasos danzantes y su sonrisa fraterna.
Esta vez serán sus amigos y discípulos, en varias voces, quienes le digan cuánto lo amamos: “Que descanse en paz, rodeado de los viejos libertarios, sindicalistas y teatreros que añadieron color y dignidad a la vida de sus semejantes (Yeyo Basili). Creo que Albert Camus acertó cuando dijo, refiriéndose a la "raza de hombres que nos ayuda a respirar" porque luchan por "la libertad y la felicidad de todos", que "esos hombres nunca estarán solos". Para mí, no cabe duda de que Líber ha sido uno de ellos (Octavio Alberola). Querido viejo, tu luz alumbra desde lo alto del cerro (Fernando Kong). Líber fomentó entre los proletarios la importancia de unir a la lucha por mejores salarios con la lucha personal por ser libre de ataduras materiales, abiertos al saber y al arte (Lupe Cajías). El teatro tacneño tiene una impagable deuda con él. Con gente como Líber Forti la vida merece ser vivida (Fredy Gambetta). A Líber le agradezco habernos enseñado que era muy importante que existieran muchas formas de pensar, pero que era más importante encontrar una forma de sentir (Grover Pango). Líber nos deja su gran honestidad e integridad, su consecuencia libertaria, su manera de amar a la humanidad sin reservas: siempre con la vida, nunca con la muerte (Alfonso Gumucio). Se fue tranquilo, sereno. Ustedes estuvieron en su corazón y su memoria hasta el final (Gisela Derpic, su compañera).”