Bienvenido el futuro

Con todo respeto por don Jorge Manrique y las “Coplas a la muerte de su padre”, creo que cualquiera tiempo futuro será mejor. Aunque sea verdad que hoy existen muchos temores que van desde la violencia más absurda (si es que hubiera alguna sensata) hasta las más aterradoras amenazas genéticas y ambientales.

Con todos sus riesgos, los niños de hoy -los “nativos digitales”- tienen literalmente el mundo en sus manos. Como dice la gente, “nacen sabiendo” cómo se manipula un videojuego, un celular o una tablet. Como si vinieran programados, lo conectan todo y dominan con pericia la tecnología. Tampoco temen malograr nada y por eso aprenden más rápido. Aman la velocidad y hacen varias cosas al mismo tiempo, aunque gustan más del universo gráfico que del textual. Así son y será muy difícil impedir que lo sigan siendo.

En cambio nosotros, nacidos en la posguerra y provincianos, nos conectamos con el mundo mediante las revistas. Algunos con más suerte que otros naturalmente, tuvimos acceso a Bohemia, Leoplán y también Billiken y Para Ti. Mi pasión era El Peneca. Luego los Clásicos Ilustrados nos llevaron de Homero a Shakespeare. Por ahí vino la radio y lo que faltaba lo ponía la imaginación. Luego llegó la TV en blanco y negro; más tarde el color hasta la vertiginosa revolución tecnocientífica que hoy vivimos.

Tanto en información como en conocimiento este mundo es maravilloso. Aunque también nos amenace, la ciencia nos salva o prolonga la vida. Hoy como siempre, las cosas son buenas o malas según el uso que queramos darle. Y yo creo que la humanidad siempre tenderá a ser mejor. Bienvenidos los que traen el futuro.