EVITEMOS LAS GUERRAS Y trabajemos por la paz

Las guerras cuestan mucho y son el resultado de posiciones políticas o religiosas extremas que benefician principalmente a los fabricantes y comerciantes de armas, y perjudican a cientos de miles de jóvenes enrolados que no tienen conciencia, muchas veces, de por qué van a la guerra, ni qué interés defienden, entre otras razones, porque a la edad que van, todavía no han madurado.

Y en muchos casos, porque no saben cuál es su misión, ni tampoco si ella es factible de alcanzar. De ahí a que, hoy, se diga, que la idea de que la invasión a Irak favorecería la democracia y aceleraría el cambio en Oriente Próximo, fue una fantasía
Las guerras perjudican también a millones de civiles inocentes, hombres, mujeres y niños de todas las edades, además de provocar éxodos de cientos de miles de personas que todo lo dejan para conservar su vida, aunque vivan en condiciones paupérrimas y con alta mortalidad de adultos mayores y niños.

Los costos no son solo los del sector Defensa y la compra de equipos militares, que aparecen en los Presupuestos Públicos, sino también los costos que significan para el Estado de los países avanzados, el hecho de tener que hacerse cargo de los soldados y oficiales que regresan de las guerras en condiciones mentales o físicas que hay que curar o tratar, incluyendo el costo de servicios médicos, servicios hospitalarios, medicinas, prótesis, tratamientos psiquiátricos, y también pensiones de por vida, con justa razón, por su incapacidad para trabajar.

Sus costos incluyen, en algunos casos, el aumento significativo del petróleo y el gas por años, como sucedió en el caso de Irak y Afganistán, aunque ahora los precios de estas importantes materias primas han bajado por el estancamiento económico de Europa y Japón, el aumento de la producción de petróleo y gas en EE.UU., y el uso de energía no tradicional, entre otros factores.

Incluye también el costo de la logística de los que luchan, la construcción de bases y la reconstrucción de parte de la infraestructura destruida, entre otros factores. Y en algunos casos, con corrupción de por medio.

Según el reputado y economista Joseph Stiglitz y Alinda J. Bilmes, el costo directo e indirecto de la guerra contra Irak le ha costado a EE. UU. y el resto del mundo, tres billones de dólares estadounidenses, es decir tres millones de millones de US$ , algo así como el 2.3 veces el valor, en US$, de toda la producción de bienes y servicios finales de México que corresponde al año 2014.

(*) *El Dr. Gustavo A. Saberbein ha sido catedrático de postgrado en la UNMS, fundador de uno de los primeros centros privados de investigación económica y formulación de políticas públicas en el Perú, profesor del Curso superior de la Escuela de Inteligencia del Ejército Peruano, Conferencista en Universidades nacionales y extranjeras, Consultor Económico de Organismos Internacionales, Gobernador del Banco Mundial por el Perú y negociador de la deuda externa pública de Perú con bancos comerciales, Club de Paris y la ex URSS, Así mismo, ha sido Profesor Asociado de Economía y Vicepresidente de la Universidad san Agustín en Chicago. Y es autor de libros y artículos de su especialidad. Actualmente se desempeña como Consultor Económico y Conferencista en Chicago, ciudad en donde ha sido reconocido por Telemundo TV y Univisión TV, como profesional distinguido y uno de los líderes de la comunidad hispana, respectivamente.