Cuidado con el voluntarismo en Petroperú

Este régimen predicó desde la campaña electoral del 2011, que su preocupación era el fortalecimiento de Petroperú, cosa que persiste hoy en día en el discurso oficial. Sin embargo los hechos nos están demostrando que ocurre todo lo contrario. Ganas de ir en la dirección prometida existen, pero lamentablemente no hay consonancia en las políticas dictadas desde el Poder Ejecutivo.

Se han tomado tres decisiones a nivel político que están signando negativamente el destino de la petrolera estatal: modernizar la Refinería Talara con garantía soberana hasta por 1,000 millones de dólares, pero limitándola a 200 millones anuales; permitir intervenir en otros proyectos pero solo con recursos propios y poner a la venta el 49% de las acciones.

Es obvio que el costo del proyecto de Refinería Talara estará sujeto a diversas variables: variaciones del costo de la construcción por ser un proceso de cinco años de duración; exposición de los resultados de la empresa a los vaivenes de la cotización del crudo en la etapa constructiva, que podía hacer que hubiesen resultados negativos en períodos de descensos de precios internacionales, como ha ocurrido en el año 2014, donde las pérdidas netas ascendieron a 40 millones de dólares. La consecuencia inmediata de un escenario como el descrito, sería el descenso en la calificación de riesgo, como acaba de ocurrir a fines de abril último, donde ha pasado a dos escalones por debajo, con el consiguiente encarecimiento del costo financiero. Es evidente que hacer aprobar una ley sin mayor flexibilidad en el otorgamiento de garantía soberana será un cuello de botella.

Es incongruente repetir cansinamente el deseo de integración vertical, pero limitarlo legislativamente a que se haga con recursos propios. Asimismo es iluso pensar que se encontrará un comprador del 49% de acciones en el sector privado pero dejarle la gestión al estado, más aún cuando el modelo Petrobras ha resultado un fracaso.

Si el gobierno quiere un Petroperú fuerte deberá empezar por cambiar la malhadada ley que la está llevando al colapso. Hay solo dos alternativas: vender acciones con transferencia del control o hacer un incremento de capital con recursos de la caja fiscal. Definan y pongan al debate la salida que planteen.