Martes 23 de abril 2024 | Contáctenos
Inversiones minimizadas en el sector de generación eléctrica.
La política y la actividad empresarial son indesligables en la prestación de servicios públicos y en las industrias extractivas, es un hecho indubitable de alcance universal. El relacionamiento entre ambas se da no solo en el terreno legislativo y normativo, sino en el financiamiento de campañas políticas, realidad que fustigan los aspirantes a presentarse como vestales, sobre todo los de tendencia izquierdista. Personalmente reitero que hay que dejarse de hipocresías, el financiamiento a lo que hoy llaman “personas expuestas políticamente” (PEP), no es malo por definición, sino que es indebido y hasta delictivo cuando los recursos recibidos son usados para fines personales o subalternos, o cuando son retribuidos mediante acciones de gobierno que colisionan con la legalidad.
Traigo a colación el tema pues desde Chile nos llega la noticia del acribillamiento mediático que vive el ex presidente de la empresa Enersis, Jorge Rosenblut, que se ha visto obligado a dimitir de su cargo debido a la recaudación de fondos a favor de Michelle Bachelet, en su pasada campaña electoral. Para los peruanos el caso no debe ser mirado como un hecho lejano, pues Enersis, es propietaria en nuestro país del 37.5% de Edegel SAA, del 96.5% de Empresa Eléctrica de Piura SAA y 75.5% de Edelnor SAA. Es pertinente analizar la situación por las connotaciones en el terreno político y empresarial que puede tener estos acontecimientos que aún se están viviendo en la tierra del Mapocho.
El “affaire” político chileno, pasa por las severas críticas a la manera soterrada de aportes, que pasaban por pagos desde organizaciones del grupo Endesa Chile (participada en 60% por Enersis) a favor del hoy senador Andrés Saldívar Larraín, ex Ministro del Interior (2006) de Michelle Bachelet en su primer mandato presidencial (2006-2010), a través de una empresa de la cual el senador es propietario. Complicaciones políticas para Bachelet y Saldívar y profesionales para Rosenblut.
Para los que seguimos las operaciones de las empresas del sector energético, no nos debe llamar la atención de la interacción de Endesa y sus empresas relacionadas con el sector político. Basta recordar que su presidente del período 1997-2002, fue nada menos que el conocidísimo ciudadano español Rodolfo Martín Villa, ex Ministro de Gobernación en el período 1976-1979 y vicepresidente del gobierno entre los años 1981 y 1982. El sucesor de su cargo en Endesa, fue Manuel Pizarro Moreno, que se mantuvo en el período 2002-2007, para que el año siguiente pasase a engrosar las filas del Partido Popular, donde llegó a ser considerado el número 2 en la lista por Madrid para las elecciones de marzo del 2008.
El período más turbulento de Endesa fue entre los años 2005 y 2009, donde una decisión del Jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, por sus compromisos con los movimientos políticos de Cataluña, llevó a una Oferta Pública de Adquisición de Acciones (OPA), por parte de la catalana Gas Natural, que tuvo un ajetreo en el terreno empresarial, bursátil y político, pasando por una contra-OPA de la alemana EON, para al final caer en manos de la estatal italiana Enel, que llegó a adquirir el 92.06% de las acciones en el año 2009, justo en el tercer período de Primer Ministro de Italia, del recordado “Il Cavalieri”, Silvio Berlusconi. De allí en adelante la Endesa protagonista en la inversión y en la interlocución pública del sector energético en Latinoamérica cambió radicalmente, para pasar a roles segundones o tercerones y en el casi completo anonimato.
En Perú, del liderazgo de participación en el sector generación, ha pasado a un tercer lugar desplazadas por las empresas Enersur, cuyo socio mayoritario es el gigante francés GDF Suez y una menos conocida Kallpa, perteneciente al grupo israelí Inkia. Los cubileteos políticos de Europa, han deteriorado enormemente el desempeño del grupo empresarial en Latinoamérica, donde si algo se necesita son grupos con solvencia que apuesten por el largo plazo. Mi impresión es que lo ocurrido en Chile se exportará a Perú, con una señal que puede significar mayor retroceso aún.
Es hora de ir madurando el pensamiento político, la tarea consiste en hacer prédica frontal para que las vestales vayan despojándose de sus tules. De no ser así estaremos en camino a que en el financiamiento político solo queden los llamados “cooperantes” que no vienen a ser sino las fachadas de organizaciones que fondean ONG opositoras a industrias extractivas y enemigas de la inversión privada.
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