Por supuesto que la investigación científica no tiene pausa. De allí también que la innovación tecnológica está en prueba constante y, ya sea en secreto o en abierta exposición, se busca sustitutos prácticamente para todo lo existente.
Una compañía petrolera poderosa y mundial como Schlumberger Limited promueve la investigación en ciencia y tecnología porque es consciente –y lo publica- de la necesidad de sustituir las actuales fuentes de energía, señalando que en el futuro (o sea, ya mismo) el mundo deberá encontrar alternativas que reemplacen al petróleo, el gas y el carbón, es decir, los combustibles fósiles que hoy contaminan el ambiente. Para eso se sigue investigando intensamente con la energía eólica y la solar, el agua, las plantas y aún el calor de la tierra. Cuando vemos que la electricidad puede venir de unos globos grandes y livianos que como gigantes cometas flotan a 600 metros de altura, en cuyo interior giran unas turbinas que producen energía, es que algo nuevo está por venir.
A propósito, no olvidemos que los rusos Andre Geim y Konstantin Novoselov descubrieron el grafeno y por ello merecieron el Nobel de Física el 2010, con lo cual los días del cobre (pocos años tal vez) están llegando a su fin. La mayor conductividad eléctrica y térmica del grafeno desplazará a nuestro infeliz y conflictivo cobre.
Cuando llegue ese día poco o nada valdrán las minas cupríferas y no tendremos conflictos. Los diálogos no serán necesarios pues ya no tendremos nada qué discutir. Tampoco canon que repartir. ¿Seremos felices?, no sé. Pero más pobres de nuevo, seguro.