Responsabilidad gubernamental en Gasoducto Sur Peruano

Mucho revuelo en los capitostes de la clase política opositora al “humalismo” ha significado el sistema de seguridad de transporte de gas natural (SSTGN), me refiero al gasoducto y poliducto redundantes a los existentes entre Malvinas y Kepashiato, el gasoducto entre esta localidad y Urcos y con un extensión desde allí hasta la ciudades de Ilo y Mollendo, tramo que se denomina “gasoducto sur peruano” (GSP). A pesar de todo queda libre de dudas que la llegada del transporte hasta Urcos podrá cumplirse. La construcción marcha a velocidad de crucero, esperándose que quede culminado este tramo hacia el 2017, con lo cual el nuevo gobierno podrá romper su primera botella de champagne importante a menos del primer año de gestión. La interrogante es ¿qué ocurrirá con el segundo tramo, es decir con el GSP? 

La respuesta no es tan sencilla, no solo depende de la voluntad del concesionario, pues aquí hay una variable adicional que es la garantía del suministro de gas natural por parte del consorcio a cargo de la operación del lote 88. Asegurado durante todo el proceso de competencia por parte de Proinversión, compromiso cambiado a un tímido Memorando de Entendimiento a la firma del contrato y hoy queriéndose escamotear por el gobierno refiriéndose a otros lotes productores de los lugares aledaños. De la gestión en tránsito de salida de la pareja Heredia-Humala ya no se puede esperar nada, no hay la fortaleza suficiente para hacer exigencias a un consorcio productor siempre renuente a la atención del mercado interno.

Trasladada inevitablemente la responsabilidad al próximo gobierno, cabe una segunda pregunta: ¿dado que alguno de los fustigadores de ayer y hoy será gobierno mañana, habrá voluntad y fortaleza para tener la seguridad que habrá el suministro de gas natural que deberá pasar por el GSP? Tengo mis dudas, por lo que sostengo que se debe llevar a cabo una exigencia ciudadana para que los candidatos en carrera presidencial expresen su posición.

Actualmente pagamos en las tarifas de electricidad por el sistema de SSTGN, con un impacto del orden del 0.6% promedio ponderado en los costos a consumidor final, que irá “in crescendo”, sean serios e interpongan sus buenos oficios para arribar a buen puerto.