Una pequeña historia

Hoy recuerdo que soy un antiguo aficionado al periodismo escrito. Mi primera colaboración titulada “González Prada no ha muerto” data de 1968 y la publicó un diario que ya no existe, en mi tierra natal. Desde entonces he practicado el periodismo de modo frecuente aunque no regular. Se han alternado ráfagas fecundas con algunos otros prolongados silencios, hasta el surgimiento de SCOPIO.

Esta columna “vio la luz” un 23 de diciembre del año 2012. En consecuencia ha cumplido tres años y en su serie correlativa ha llegado al número 250. Nunca antes tuve la dicha de ser tan constante. Como se dijo desde su aparición, SCOPIO ha querido ser “una mirada a las personas, opiniones y acontecimientos que parecen importantes”. O que tal vez lo son.

Valoro mucho las columnas de opinión y busco con especial interés a señalados autores, muchos de los cuales vienen de especialidades muy distintas al periodismo profesional. No sólo por lo singular de sus enfoques, sino porque en varios de ellos (no en todos) hay un cuidado especial por el buen lenguaje escrito, aquel que eleva la calidad de lo comentado con la pulcritud del estilo.

En una época en que resulta evidente el retroceso del hábito de la lectura, ojalá SCOPIO cumpla esa doble soñada finalidad: ocuparse de asuntos que valgan la pena y transmitirlos en un lenguaje, si no muy bueno, por lo menos agradable.

Gracias tanto a quienes nos leen y por supuesto a quienes nos acogen. Que unos y otros tengamos un año nuevo mejor. Y tengan la gentileza de extender este saludo a los que no nos leen. Tienen un nuevo año para hacerlo.