Promesa explícita de la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori y aceptación regañadientes de Pedro Pablo Kuczynski; la continuación del Proyecto de Modernización de Refinería Talara (PMRT) fue promesa de campaña electoral y hoy corresponde la toma de decisiones del gobierno entrante. Inevitablemente habrá una combinación de racionalidad económica y de realismo político. Lamentablemente en el quinquenio “humalista”, la principal característica ha sido el anuncio demagógico y a la par el oscurantismo absoluto sobre la fundamentación de las cifras pactadas y de los procesos de contratación realizados.
Empecemos por el sinceramiento del costo, que aparece como cifras agregadas en el portal de Petroperú. Lo que costará el PMRT es la suma de todo lo ejecutado que data desde enero del año 2007 hasta marzo del 2016, más lo que se proyecta por la misma empresa en todo el proceso constructivo desde marzo de este año hasta la puesta en operación y a lo que habrá que agregar las inversiones que se harán a cuenta de terceros en los llamados servicios auxiliares y que serán cancelados por la petrolera estatal vía tarifa mensual de servicios prestados.
A la fecha la cifra de lo ejecutado entre enero 2007 a marzo 2016, asciende a la suma 1,247 millones de dólares (MM US $), lo que falta ejecutar costará 2,638 MM US $, a lo que se adicionará la cifra de 800 MM US $ que es lo anunciado por los ejecutivos de la empresa, por el estimado de servicios auxiliares. Es decir que el costo base de todo el proyecto asciende a 4,685 MM US $; debiendo autorizarse por el gobierno de PPK la ejecución del 73% del total.
La cifra referida es solo base, pues en los supuestos tres años de construcción faltantes, deberán haber ajustes por variaciones de los índices de precios nacionales (IPC e IPM) y porque en las tareas de ingeniería de detalle, procura y construcción; hay tres monedas internacionales: dólares con una ponderación del 64%, euros con peso de 34% y yenes del 2%; para una empresa que recauda en soles la venta de sus productos. Es obvio que la vulnerabilidad cambiaria será altísima.
PPK y su ministro Thorne deben informar al país con transparencia cifras y consecuencias futuras, pues no todo será color de rosa.