Ahora que comienza el quinquenio PPK, cabe recordar que faltan sólo 13 años para el Centenario de la Reincorporación de Tacna. Es hora de pensar cómo habrá de conmemorarse.
Mucho antes del 2029 necesitamos un Plan de Desarrollo. Desde las autoridades hasta los niños en la escuela debiéramos saber en qué ámbitos debe sustentar Tacna su prosperidad. Una verdadera “hoja de ruta” que oriente nuestros pasos desde ahora mismo hasta el 2050 cuanto menos.
Identificar necesidades, capacidades y potencialidades es indispensable para tener la lucidez de lo que es deseable pero también lo que es posible. Es del mismo modo la oportunidad propicia para poner en marcha lo estratégico en camino a resultados propuestos. Es comprometerse a mejorar la calidad de vida de todos nosotros en la convicción de que los primeros actores y responsables de esa prosperidad anhelada somos nosotros mismos.
Como en casi todo lugar, Tacna posee situaciones ventajosas y otras adversas. Por tanto toca potenciar las unas y minimizar las otras. Si por un lado enfrentar la escasez del agua es un reto complicado pero superable con talento y tecnología, por el otro la ubicación geopolítica podría ser una ventaja explotable. Pero por sobre todo importa reconocer que es el “capital humano” una fortaleza incomparable en estos tiempos de globalización y transformaciones vertiginosas. Comencemos ya.