Unanue

Debe ser uno de los peruanos más admirables que se pueda registrar. De esos hombres extraños capaces de hacer varias cosas a la vez, de ser protagonistas convictos del tiempo que les toca. Decir que fue un genio no es exagerar.

Pensaba en los grandes nacidos en agosto y ahí estaba Hipólito Unanue, ariqueño con ascendencia vasca (1755-1833). Su biografía nos podrá decir que nada le fue fácil y cómo supo sortear las dificultades, porque transitó por las inquietudes eclesiales para luego arribar a las ciencias naturales, desde las que se hizo preceptor para seguir estudiando y luego fue todo lo imaginable que se podía ser: médico, meteorólogo, profesor universitario, historiógrafo, escritor, pensador y político. Pero no fue ésta una colección de meras funciones, sino una responsabilidad severa con  la investigación científica, el pensamiento independentista y el compromiso político desde las más altas responsabilidades en nuestro naciente país.

Protagonista de la transición traumática del virreinato a la república, hizo lo que creyó necesario hacer. Bien dice Basadre sobre Unanue: “Su actitud pragmática no reñida con la ética, nunca excitada, hace que pueda considerársele como el símbolo de algo demasiadas veces ausente en nuestra historia: el moderantismo basado en la objetividad, el conservadorismo progresista (…).” Ojalá las nuevas generaciones sepan más de su existencia.