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Viernes 26 de agosto 2016

¿Qué harías si fueras víctima de un “portonazo”?

Por Leide Lessa
¿Qué harías si fueras víctima de un “portonazo”?
Foto:difusión

Llegábamos de la escuela mis 3 sobrinos y yo. Estacioné el vehículo delante del portón, bajamos, y cuatro jóvenes se acercaron a mí. Mis sobrinos, de 13, 15 y 17 años se recostaron contra el portón. Mientras uno de los jóvenes empuñaba un revólver y miraba hacia mí, pidiendo la llave del coche, yo sólo podía pensar que él era bueno, que su origen espiritual no podría permitirle hacerme daño.

Mientras él pedía mi cartera, en la que tenía todos mis documentos y mi pasaporte con una visa para un viaje internacional la semana siguiente, otro de los jóvenes le dijo: “¡Deja la cartera con ella! ¡Vámonos!”.

Y se fueron… en el automóvil, que no era mío, sino de mi hermana.

Entramos en la casa y aun antes de llamar a la policía empecé a pensar que nada malo podría pasarle a la familia de mi hermana o a mí, porque estábamos todos protegidos por el Amor divino, incluidos los 4 jóvenes.

Llamé a una amiga para que me ayudara con la oración a mantenerme tranquila y a tener confianza en la justicia divina. No tuve miedo ni duda de que todo se resolvería armoniosamente.

Enseguida fui con mi sobrino mayor a una comisaría de policía a denunciar el caso. Al principio me dijeron que sería casi imposible encontrar el coche porque robos así ocurrían casi a cada minuto en la ciudad de São Paulo, donde vivíamos. Pero seguí pensando sin resentimiento hacía los jóvenes, con la certeza de que había una justicia superior a la justicia humana, siempre en acción.

Mi sobrino y yo volvimos a la casa tranquilos. Por la noche nos llamó la policía, diciendo que habían encontrado el coche y arrestado a dos de los jóvenes, uno de los cuales confesó al oficial responsable de la comisaría que él era el que había cometido el delito, y pudo incluso describirme. Unos días después nos fuimos a la corte.

No tengo duda que mi actitud mental en reconocer el origen espiritual bueno de aquel que me apuntaba el arma hizo toda la diferencia durante y después de esta experiencia.

Me encanta pensar cómo ese ejemplo muestra cuán verdadero es lo que dijo la reformadora cristiana Mary Baker Eddy, al afirmar que manteniendo la mente “llena de Verdad y Amor” — llena de lo que es divinamente correcto y bueno — nada malo puede entrar en ella. También afirma que los buenos pensamientos son una “armadura impenetrable”, que nos mantiene protegidos de toda clase de mal, y no solo a nosotros, sino también a todos a quienes amamos o en quienes pensamos con respeto y discernimiento espiritual.

Me pregunto cómo sería el mundo si cada vez más personas pudiesen tener esa comprensión de que todos tienen un origen espiritual bueno. ¿Será que tendríamos menos crímenes y más casos de delincuentes reformados? ¿Podría la población quizás vivir más tranquila, sin miedo, sin un sentimiento de odio y venganza, y así contribuir a encontrar una solución para la ciudad y el país?

Seguramente nos falta mucho para eliminar la delincuencia del mundo, pero solo lo lograremos si cada uno colabora. Empezar mentalmente ya es un gran paso.

Leide Lessa es maestra y conferenciante de la Ciencia Cristiana y escribe reflexiones sobre la vida y la espiritualidad. Twitter: @LeideLessa

Email: lessal@csps.com

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