César Gutiérrez, autor de estas líneas
La credibilidad en la comunicación pública de las empresas es elemento básico en el mundo de los negocios, más aún cuando cotizan en las Bolsas de Valores. Cuando los agentes económicos no creen en las afirmaciones de sus ejecutivos, las castigan con la desvalorización en el mercado bursátil. Esto lo acaba de vivir el Grupo Graña y Montero SAA (GyM), que desde el 02 de Noviembre del 2016 al viernes 24 de febrero pasado, su acción ha caído 61% en la Bolsa de Valores de Lima y en el mismo porcentaje sus ADR en la Bolsa de Nueva York.
La causa de la caída libre de GyM ha sido su asociación con la hasta hace poco poderosa Odebrecht; en particular por la concesiones de la carretera Interoceánicas Sur, tramos 2 y 3 y en la Norte; donde por declaración de parte del máximo representante en el Perú de la corporación brasileña, se pagó un soborno por 20 millones de dólares al ex Presidente Alejandro Toledo.
El caso más visible hasta el momento es el referido, pero también arrastrará a las nacionales JJC e ICCGSA. Hasta allí es un hecho conocido y difundido, sin embargo poco se habla de la responsabilidad de las empresas supervisoras de las obras materia de cuestionamiento, de los funcionarios de Ositran, y de los Ministros de: Transporte y Comunicaciones, Economía y Finanzas y Presidente del Consejo de Ministros, de la época, quienes han tenido que ver directamente con las 12 adendas que se firmaron hasta el término del gobierno de Alejandro Toledo.
La lista de los que necesariamente tendrán que ser investigados, se incrementa con las empresas auditoras de los estados financieros, que tendrán que explicar cómo se pudo escamotear 20 millones de dólares en la contabilidad de los integrantes de los Consorcios. Debiendo continuarse con los funcionarios de las AFP que han tenido que ver con la compra de acciones de GyM y financiamiento a involucrados, que conjuntamente con la Supervisora del Mercado de Valores y los de la Superintendencia de Banca y Seguros, tendrán que informarnos cuánto hemos perdido los aportantes a las AFP y cuál ha sido la actuación de los responsables.
Hoy con todo lo ocurrido, la credibilidad en toda la institucionalidad del sector empresarial se ha perdido y es imprescindible recuperarla.
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