Shock de Confianza

“El pago ha sido por Odebrecht, pero el resto de empresas sí tenían conocimiento, no detalles, pero sí sabían que existía el acuerdo. Lo que sí es cierto es que se distribuyó entre los consorciados, no recuerdo la fórmula exacta, esto lo verificaré. Esto fue más o menos así, ellos sabían que habíamos pagado, y sabían que tenían que asumir lo que correspondería”, señaló Jorge Barata. Palabras que causaron una tormenta sin precedentes en el mundo empresarial peruano, un vendaval que ha hecho perder a Graña y Montero un 40 por ciento de su valor. Una hecatombe tratándose del prestigio de esta empresa; una organización que cuenta con cerca de treinta mil colaboradores. Una empresa en la que las AFP tienen invertida parte de sus fondos. Un motivo de preocupación para miles de ciudadanos. Máxime si tres altos funcionarios de Graña y Montero tuvieron que dejar sus puestos al asumir su responsabilidad en las relaciones con Odebrecht, algo que ha mellado la reputación y prestigio del grupo. Algo que amenaza con empeorar, pues la empresa en cuestión podría enfrentar demandas de accionistas en Estados Unidos que se verían afectados por dicha empresa.

Otro tema de mucha preocupación para el actual giobierno es el referente al Aeropuerto de Chinchero; un megaproyecto cuya construcción, entre idas y venidas, tuvo que suspenderse por tres meses (recordemos que PPK estuvo allí para la puesta de la primera piedra), un tiempo necesario a fin de que la Contraloría General de la Republica emita su informe sobre el contrato y la polémica adenda. Al decir esto es bueno recordar lo que dijo el Contralor de la República en una entrevista reciente ante la pregunta si la adenda de Chinchero sería ilegítima: “Lo que más se ha criticado es que se cambió la modalidad de pago. El contrato establecía que los US$264 millones que cuesta, solo la etapa de construcción de la infraestructura se pagaría a partir de 2015 en cuotas trimestrales. Si bien los pagaba el Estado, era responsabilidad del concesionario conseguirlos. Como la tasa de interés era alta, el acreedor permitido solicita una adenda donde se decide que el Estado asuma. Pero ya no había acreedor permitido, esa es una observación, y el Estado financia. El contrato inicial no precisaba un tope para el porcentaje de los intereses financieros, llegaban al 22%. Esa es otra observación.” Más claro no pudo ser. De ser este el caso, nos preguntamos ¿quién es el responsable de esto? ¿Por qué llevaron a PPK a poner la primera piedra y después tuvieron que retroceder? ¿Quién le va a explicar al pueblo del Cuzco estos retrocesos? Preguntas que merecen respuesta, ya que hay que tener mucho cuidado con lo que pueda pasar en esta región más adelante.

Así las cosas, cabe preguntarse asimismo ¿qué hacer al respecto? No cabe duda que el Ejecutivo necesita un shock de confianza de urgencia. Se necesitan cambios ministeriales, pues el actual gabinete más bien parece un buen directorio de una prestigiosa empresa que un gabinete de gobierno. El Premier Fernando Zavala tiene una gran experiencia como técnico, nadie lo duda, pero casi nada de experiencia en política. Algo que a estas alturas le pasa la factura. Fernando Zavala necesita hacer más política, no quepa duda. PPK tiene que promover un Pacto Gobernabilidad, uno que incluya también al sector empresarial cuyo prestigio se ha erosionado. Se necesita menos CEOs y más operadores políticos.