Miércoles 24 de abril 2024 | Contáctenos
La masificación del gas natural (GN) ha estado presente desde hace 16 años en el discurso político. Justamente se inicia en la región Piura, donde los primeros contratos de suministro se dan allí con las empresas pesqueras que operan en Paita y Bayóvar. Luego con la puesta en operación comercial de la explotación del Lote 88 (Camisea), en la región Cusco, que llevó el GN a Lima, la prédica se acrecienta.
La experiencia en la capital de la trillada masificación, luego de 13 años, nos da dos señales: que la cobertura es magra, solo se ha llegado al 17% del universo de los hogares y que el incentivo económico para seguir expandiendo redes lo ponen los grandes consumidores, en este caso las centrales de generación de electricidad que hacen cerca del 65% de la demanda.
En la región Piura existe un intenso debate sobre el otorgamiento de la concesión de distribución a la empresa Gases del Norte del Perú SA (Gasnorp), de propiedad de la colombiana Promigas, que participa con un 40% del accionariado de la distribuidora de las regiones de Lima y Callao, a través de la empresa Cálidda. La discusión lleva más de tres años y a estas alturas el Ministerio de Energía y Minas (MEM) tiene en sus manos la decisión.
Los recientes eventos climatológicos ocurridos en Piura, cambian drásticamente el panorama, pues las demandas proyectadas se alterarán por la reconstrucción. Además el principal aportante de ingresos de la futura concesionaria, que es la Refinería de Talara, que hará 62% de la demanda, y que tenía prevista la puesta en operación de su modernización en el año 2020, no lo hará, pues el retraso en las obras debido a las dificultades en el financiamiento alterarán el cronograma.
El otorgamiento de una concesión pasa por cumplir un requisito indispensable, el equilibrio económico de la operación evaluado a una tasa de descuento del 12% anual. Si las cifras se alteran por cambios drásticos en el cronograma de ingreso de demanda, corresponderá al MEM definir un nuevo calendario, enviarlo al regulador Osinergmin y verificar el equilibrio económico. Sería contraproducente pretender otorgar la concesión en las condiciones actuales, más bien es la oportunidad para plantear un proceso de competencia.
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