César Gutiérrez, autor de estas líneas
Con una recomendación no justificada, de declarar desierta la selección de los presidentes de los reguladores: Osinergmin, Osiptel y Ositran; ha culminado sus funciones la Comisión de Selección designada por el Premier Fernando Zavala. Un cúmulo de desaciertos incurridos desde el inicio del proceso los descalifica, deberá descartarse la participación de los miembros de este grupo en un nuevo concurso.
El gobierno viene dando señales de su interés en tener a los reguladores maniatados. Pruebas al canto: control económico vía Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), despreocupación por las remuneraciones y manejo en Ositran por la concesión del aeropuerto de Chinchero.
Entidad con restricciones presupuestales, no puede ser autónoma y eso es lo que ha hecho el MEF en la Ley de Equilibrio Financiero del 2017, que en su quinta disposición complementaria, legaliza quedarse con los saldos de las cuentas de los reguladores. En el Congreso no ha habido la agudeza para vetar esta decisión arbitraria.
En remuneraciones, el tope es de 15,000 soles, que corresponde a los presidentes. Las labores que desarrollan directivos y funcionarios son de alta especialización, interactúan en puja permanente con los ejecutivos de los mayores niveles jerárquicos de las corporaciones que tienen la titularidad de las concesiones. Es obvio que el sueldo no está acorde con las calificaciones de los funcionarios, en los ministerios existen comunicadores, el oficio preferido en esta administración gubernamental, que ganan más que especialistas en regulación.
El caso de Ositran, es la muestra del apetito de control, donde dos directores sin mayor sustento técnico ni jurídico, se han alineado con la posición del gobierno nacional para favorecer al concesionario del aeropuerto de Chinchero, es más, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones ha hecho oídos sordos a lo que decían los técnicos del organismo.
Con todas estas señales, la credibilidad del gobierno en un manejo apropiado de la conformación de los consejos directivos de los reguladores, no existe y corresponde al Congreso actuar con urgencia para que legislativamente se enmiende la larga agenda de pendientes que existe en este importante sector.