Mg. Jorge Luis Martínez, autor de estas líneas
El terrorismo fue una lacra que trajo consigo muerte y destrucción. En los años ochenta fueron protagonistas del mayor baño de sangre de la historia republican. Estas huestes llenas de odio y venganza querían instaurar en nuestro país una dictadura como la de Pol Pot, pero mordieron finalmente el polvo de la derrota ante las Fuerzas Policiales, Fuerzas Armadas y los civiles organizados. Hoy sus líderes están bajo llave en una celda fría hasta el final de sus días. El terrorismo nos trajo atraso en todo sentido. Las cifras allí están, para el olvido y para que nunca más se repita semejante situación en nuestra Patria.
Esta semana se cumplen veinte años del memorable rescate de la Embajada de Japón. Fue el 22 de abril de 1997 cuando un grupo valeroso de comandos ingresó y rescató a los numerosos rehenes que el grupo terrorista Movimiento revolucionario Túpac Amaru tenía entre sus manos. Dos miembros del escuadrón liberador murieron cumpliendo con su deber, al igual que uno de los rehenes. Mucha razón pues tuvo la congresista Luciana León al presentar la moción para declarar es Ley para declarar Héroes de la Democracia a los referidos comandos, quienes fueron, vale la pena recordar, injustamente perseguidos muchos años por esta acción. Muchos de ellos fueron objeto de procesos judiciales y citaciones ante los tribunales para responder por el operativo luego que familiares de los terroristas abatidos que tomaron la sede diplomática los denunciaran por una presunta ejecución extrajudicial. Ahora se hace justicia.
En contra de esta Ley, lamentablemente, se manifestaron los representantes del Frente Amplio; uno de ellos el Congresista Justiniano Apaza declaró que “Los comandos rescataron a ciudadanos que fueron rehenes. No creo que sea tan heroico como para ser héroes. Nos ponemos en el caso de que muchas veces se rescatan a personas y [esas personas] no son [considerados] héroes”. Fue más allá aún, calificó a los terroristas del MRTA como “presos políticos”. Estas declaraciones son deplorables y pintan de cuerpo entero como es el Frente Amplio. Para ellos aún no cae el Muro de Berlín y creen que hasta el día de hoy hay personas perseguidas por sus ideas. Pero eso no es todo. Los parlamentarios del frente Amplio también se oponen a toda moción parlamentaria en contra de la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela; para ellos este sujeto depredador de los derechos humanos es un demócrata; les pesa la lengua para decir las cosas por su nombre. Las contradicciones de este grupo parlamentario son flagrantes y peligrosas, pero el pueblo peruano sabe distinguir este tipo de acciones.
Han pasado veinte años y por fin el Perú les rinde homenaje a estos héroes. El Primer Poder del Estado con una votación abrumadora ahora les rinde homenaje a estos peruanos que pusieron el pecho en dicha acción. ¡Honor y Gloria a los Comandos de Chavín de Huantar!