Y cambiará más

Como en la hermosa y clásica balada de Los Iracundos, “el mundo está cambiando… y cambiará más”. Son difíciles los tiempos que vivimos. Urge una reconstrucción después de los azotes de la naturaleza; la lucha contra la inseguridad, el desorden y la corrupción; hay desconfianza creciente en la política; nos falta un horizonte claro y unificador. Tampoco el panorama mundial se percibe muy estable que se diga.

Lo que no se detiene es la transformación científica y tecnológica universal. Los comportamientos humanos pueden ser tan estúpidos como siempre pero los instrumentos casi disponibles son cada vez más sorprendentes. Los ojos biónicos ya han sido probados con éxito; ya se exhiben los autos que se conducen solos; en Holanda se experimentan los sembríos bajo tierra con alta productividad; los brazos de las personas albergarán teclados subcutáneos para diversos usos; en un tiempo más usted podrá “construir medicinas” en su casa con una bioimpresora 3D; la existencia de “internet de las cosas” sigue su proceso. Es decir, la miniaturización y la nanotecnología siguen avanzando y ofreciendo capacidades que cambiarán inevitablemente la propia naturaleza humana.

Corresponde preguntarnos qué rol hemos jugado y qué debemos hacer en esta cambiante sociedad del conocimiento. No podemos quedarnos donde estamos. Esto y más deberá proponerse un nuevo Proyecto Educativo Nacional.