Por la gobernabilidad: que regrese la calma

Mg Jorge Luis Martínez, autor de estas líneas

Una cosa es el control político, otra es el abuso de poder. Una cosa es fiscalizar, otra es obstruir” estas fueron las palabras del Premier Fernando Zavala Lombardi; palabras que han avivado aún más la tormenta política desencadenada a partir del controvertido tema del Aeropuerto de Chincheros. Un megaproyecto que le costó la cabeza nada menos que al Ministro de Transportes Martin Vizcarra, quien renunció al cargo, dejando de esa manera sin efecto el contrato con la empresa Kuntur Wasi, que lejos de quedarse con los brazos cruzados iniciará más que seguro las acciones legales correspondientes. Las palabras de Fernando Zavala, no había que hacer mucho esfuerzo para anticipar el escenario, encontraron pronta respuesta en la Presidenta del Congreso de la República; originándose de esa forma un innecesario choque entre los poderes del Estado en medio de una coyuntura, dado los indicadores macroeconómicos, poco alentadora.

A esta altura, se puede decir sin temor a equivocarnse que lo concerniente al Aeropuerto de Chincheros ha sido una derrota política para el Ejecutivo. La falta de experiencia política de los que están a cargo de los asuntos del Ejecutivo y la casi nula participación de sus operadores políticos han puesto contra las cuerdas a esta administración. Apoyando lo que venimos de decir es preciso señalar que la oposición no firmó ninguna moción de censura y que fue el propio ministro en cuestión quien renunció; o pueda que el Presidente Pedro Pablo Kuczynski le haya solicitado que lo hiciese. En si es una crisis política, en la que el Premier se permitió lanzar, tal como hemos visto líneas arriba, severas acusaciones contra el Primer Poder del Estado. ¿Acaso el Congreso de la República no aprobó la investidura de Fernando Zavala y no hizo lo mismo con respecto a la delegación de facultades para el Ejecutivo, así como con lo del Presupuesto Público y lo referente a la reconstrucción del norte del país? Hasta donde es de conocimiento público, solo se ha censurado al señor Saavedra (dicho sea de paso, funcionario del gobierno humalista) por las razones que todos conocemos.

Así las cosas, es preciso señalar que nadie, menos el poder Ejecutivo, puede pretender que el Congreso de la República no haga uso de su prerrogativa fiscalizadora. Sería atentar contra del espíritu de lo que es una democracia. El señor Fernando Zavala no es nuevo en la política; ha sido Ministro de Economía y concurría como tal en forma permanente al primer poder del Estado. Al parecer, el Premier se ha olvidado del artículo 96 de la Constitución: “Cualquier representante al Congreso puede pedir a los Ministros de Estado, al Jurado Nacional de Elecciones, al Contralor General, al Banco Central de Reserva, a la Superintendencia de Banca, Seguros y Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones, a los Gobiernos Regionales y Locales y a las instituciones que señala la ley, los informes que estime necesarios. El pedido se hace por escrito y de acuerdo con el Reglamento del Congreso. La falta de respuesta da lugar a las responsabilidades de ley.”.

Por estas razones, desde aquí le recomendamos a Fernando Zavala que se tranquilice. Que no lance contra el poder del Estado que no es otra cosa que la representación del pueblo. Las disputas entre poderes del Estado traen cola, no las mejores consecuencias, para todos. Señor Zavala, la democracia así funciona; exige tolerancia de las opiniones por contrarias que sean a las de uno. Tome nota, la Gobernabilidad está primero.