Perú: rumbo a un gobierno corporativo

Mg Jorge Luis Martínez, autor de estas líneas

“Para el año 2021... el Perú será miembro de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Nuestro Plan de Gobierno coincide totalmente con los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda de las Naciones Unidas para el año 2030...”. He aquí un párrafo del mensaje de investidura presidencial que Pedro Pablo Kuczynski dirigió al país el 28 de julio del año pasado. No cabe duda, un ambicioso objetivo. Una meta, quedó claro, que exigiría cambios importantes en la manera de organizarnos y hacer las cosas si lo que se deseaba, y desea aún, es avanzar en tal dirección. 

Poco más de diez meses después de que el Presidente de la República compartió este objetivo con el país, cabe preguntarse si los cambios que se requieren se están llevando a cabo. La respuesta, cuesta decirlo, está lejos de ser positiva. Veamos por qué. Para empezar, esta semana un hecho que atañe a una empresa peruana ha suscitado mucha preocupación. El gobierno panameño ha suspendido la entrada de un producto de este poderoso grupo empresarial peruano al considerar que lo que exporta el grupo en cuestión no es leche, sino “una bebida con saborizante similar a la leche”.

Como era de esperar, el grupo en cuestión se ha pronunciado haciendo de conocimiento público que no se trata en efecto de un lácteo, sino más bien de uno elaborado a partir de leche modificada. Como también era de esperar, Indecopi se ha pronunciado también al respecto. “Uno de los principales derechos de los consumidores es el derecho a la información adecuada sobre los productos o servicios ofrecidos en el mercado”, sostiene el ente de protección al consumidor. Y ha anunciado que se reunirá de manera extraordinaria para tratar este asunto tan delicado.

Lo mismo nos hace pensar las idas y venidas en el caso del Aeropuerto de Chinchero. El culebrón en torno a su inmediata construcción ya llegó a su fin. Se sabe que la Empresa Kuntur Wasi no llevará a cabo la edificación de dicha obra (el Ministro de Transportes ya lo anuncio); aunque esto no nos libre de los problemas legales que el rompimiento del contrato implica para nuestro país. Otro tanto en lo que concierne al ambicioso objetivo con respecto a la membresía en la OCDE nos sugiere el hecho de que nuestro país haya caído, entre un total de 63 economías, en el ranking de Competitividad.

Así las cosas, creemos importante llamar a las cosas por su nombre y decir que para avanzar por el camino adecuado es importante transformar nuestra forma de hacer las cosas empresarialmente; vale decir, de una vez por todas, adoptar nuevas prácticas a nivel corporativo. Estas prácticas, que quede claro, llevadas a cabo por las empresas que cotizan en la Bolsa de Valores, supervisadas por la SMV, deben ser exigidas a todas las empresas en general. Así como se lee, a todas las empresas en general...

Si queremos ser un país serio, uno acorde con lo dicho por nuestro presidente a la hora de pensar en ser parte de la OCDE, el Ejecutivo tiene que asumir el liderazgo. Las buenas prácticas coroporativas generan un clima de respeto a los derechos de los accionistas y de los inversionistas en general, contribuyendo a generar valor, solidez y eficiencia en las sociedades. Convierte, es bueno reiterar, a un país que las hace suyas en una tierra de respeto a las inversiones, en una sociedad en la que impera un clima de seguridad jurídica. El Ejecutivo tiene la palabra.