Maremágnum

Si alguien piensa que cuando pase todo este tremendo problema en torno a la huelga magisterial algo bueno ha de salir, pues se equivoca. Esta vez –creo- aun cuando algunas de las reivindicaciones solicitadas puedan ser atendidas, la sensación (repito: sensación) de que muchas cosas no sólo no han mejorado sino han empeorado, nos golpearán por un buen tiempo.

Es obvio que los más perjudicados serán los estudiantes, que lo son ya mismo por tantas razones conocidas. El SUTEP como organización nacional -con sus sombras y sus luces- sentirá que su “centralismo democrático” se ha fracturado tal vez irreparablemente. Los propios profesores de base, sometidos a un jaloneo incesante y a una crisis de representatividad.

Pierde el proceso de la descentralización –mal hecha- al mostrar otro de sus malos resultados porque ha fomentado la pulverización caótica de la agremiación. Mucho más el Ejecutivo mostrando una descoordinación interna que evidencia grandes debilidades. Quizás más grave sea sentir que la meritocracia, que tantos buenos fundamentos y augurios generó, se ha visto desprestigiada porque no se supo alentarla, mejorarla y exhibirla.

Si alguna vergonzante victoria pudiera haber será la de los sectores violentistas. Ellos han esperado que las condiciones se presenten y ahí están. Por lo que podría venir, lo que más preocupa es el descrédito del sistema y sus instituciones.