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Martes 12 de septiembre 2017

Gracias, GEIN

Por: Jorge Luis Martínez
Gracias, GEIN
Foto: Difusión

Mg Jorge Luis Martínez, autor de estas líneas

Este 12 de setiembre se cumple un cuarto de siglo de la captura del más grande criminal y asesino de la historia peruana: Abimael Guzmán Reynoso. Un personaje lleno de odio que le declaró la guerra a la democracia haciendo uso del terrorismo como método de lucha. Este oscuro personaje fue el causante de una tragedia nacional y enlutó el hogar de miles de peruanos a lo largo y ancho del territorio patrio.  El Sendero Luminoso, el grupo que lideró, trajo muerte, atraso en todo y desolación. Miles de peruanos escaparon de las alturas, de sus pueblos y huyeron a otras ciudades y a tierras lejanas. Nunca olvidaremos la masacre de Lucanamarca, allí murieron alrededor de setenta comuneros. Tampoco la de Soras, donde asesinaron a más de cien personas. En fin, los numerosos crímenes perpetrados con premeditación, alevosía y ventaja terrorista. El Grupo Especial de Inteligencia del Perú, GEIN, compuesto por  un puñado de extraordinarios policías, , gracias a una labor de paciencia e inteligencia, capturó la noche del 12 de septiembre a Abimael Guzmán Reynoso y le asestó un golpe letal a Sendero Luminoso.

Ahora, veinticinco años después de ese extraordinario suceso, a pesar de la proeza del GEIN, los terroristas siguen asesinando cobardemente a policías. Hoy un cuarto de siglo después de la captura de la élite de Sendero Luminoso,  Maritza Garrido Lecca, la bailarina que cuidaba al asesino, la mujer que hasta ahora no se ha arrepentido de sus actos, saldrá libre. Tras ella, seguro, seguirán siendo liberados otros que como ella causaron muerte y desolación para nuestra patria. Y “reinsertándose” en la sociedad volverán hacer de las suyas. Y más que seguro tratarán de hacer prevalecer sus nefastas ideas. Olvidando que Sendero Luminoso perdió la guerra, no cabe duda, harán que el MOVADEF gané mayor protagonismo en la política nacional. Esto, no está demás decir, los peruanos no lo deben permitir. Sería un craso error hacer lo contrario. Por ende, se debe declarar ilegal a este tipo de organizaciones. Ilegales, porque atentan contra la democracia, porque con ellas no puede haber confrontación ideológica y menos política. Porque con Sendero Luminoso nunca hubo debate. Porque lo senderistas asesinan a dirigentes políticos, porque ellos no entienden las reglas de la democracia y quieren, por sobre todas las cosas, un régimen comunista.

Hagámoslo y volteemos definitivamente la página de nuestra historia que comenzó a escribirse el año 2002, el año que se dio inicio al proceso de “dulcificación” del terrorismo. Cuando se creó la llamada Comisión de la Verdad y la Reconciliación, integrada en su mayoría por personajes ligados a la izquierda local; un grupo que llegó a conclusiones por demás debatibles. Ejemplos: el número de peruanos que murieron, así como el hecho de asignar el apelativo de “Conflicto armado interno” a lo sucedido a lo largo de los más de doce años de sucesivas acciones terroristas- Señores, lo que sucedió en el Perú fue terrorismo y punto. Entonces hubo responsables, con nombres y apellidos, de los numerosos actos violentos que ensangrentaron gran parte de nuestro país. A las cosas hay que llamarlas por su nombre y no como hace un grupo de parlamentarios que evitan mencionar la palabra terrorismo para referirse a lo sucedido durante esos aciagos años de nuestra historia. Al igual que hacen cuando se refieren a la dictadura venezolana, yéndose por la tangente.

Ese 12 de septiembre no debe ser olvidado jamás. No debemos olvidar a los valerosos policías que hicieron posible la captura de Abimael Guzmán Reynoso y desarticularon a este movimiento terrorista. El Grupo Especial de Inteligencia de la Policía Nacional del Perú, GEIN, vivirá siempre en nuestros corazones.

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