Grover Pango, auror de estas líneas
Al no otorgársele la confianza ha tenido que renunciar el Gabinete Zavala. Ha juramentado el Gabinete Aráoz y comienza una nueva etapa política para el Perú. Entre los nuevos ministros está el de Educación, Idel Vexler Talledo. Como amigo y colega hago votos porque su gestión ponga en mejor cauce las turbulentas aguas de la educación peruana.
Hay lecciones que nos han dejado la atípica huelga magisterial y también la crisis ministerial subsecuente a aquella. De la huelga se puede desprender que no hay nada peor para el MINEDU que dar por supuesto que todo lo que dice está claro, es correcto y todos corren a cumplirlo presurosos; también que hay una severa crisis gremial cuyo desenlace es de pronóstico reservado; y que nunca como ahora se ha evidenciado que los dobles discursos cuando no las suposiciones o las mentiras han reemplazado a los liderazgos.
Pero el súmmum corre a cargo de la mayoría en el congreso de la república. Las argumentaciones enrevesadas, la pobreza retórica, los insultos gratuitos y el cinismo han llegado a niveles jamás vistos. No es sólo deplorable que quienes personifican al “primer poder del Estado” consideren normal e inteligente utilizar el agravio como fundamento expositivo, sino que invoquen virtudes y conductas que nunca han practicado. Desalienta comprobar que los valores que se le exige enseñar a la escuela los niega la vida pública.