Otra dimensión de personas

Grover Pango, autor de estas líneas

Ha poco más de un mes se incorporó al Acuerdo Nacional la 35° Política de Estado relativa a construir una sociedad con acceso real a la información y al conocimiento, mediante la difusión y dominio de las ya conocidas TIC. Por ella, y mucho más allá de la identificación y el respeto que merezca el AN como institución, todas las colectividades peruanas debieran saber de la importancia que tiene esta voluntad.

Ocurre que los seres humanos que habitamos este planeta, en tanto entendamos la plenitud de nuestra formación y ejercicio como tales, necesitamos incluir este ámbito en más de una de las dimensiones humanas de las varias clasificaciones existentes.

Acceder a la “sociedad del conocimiento”, suprema aspiración de esta reciente política, implica formar personas capaces de comprender y organizar la información que reciben despejando su complejidad para, al incorporarla críticamente a su vida y a su cultura, convertirla recién en conocimiento porque también se han identificado sus impactos y sus riesgos. Es decir, alcanzar esa capacidad reflexiva que impida hacer del chisme una verdad y darle categoría de tesis a un comentario.

Es que la condición de ciudadanía hoy es mucho más que el DNI y la –muchas veces precaria- categoría de alfabeto/a. Discernir primero, decidir luego y asumir sus consecuencias después son los imperativos de una ciudadanía verdadera.