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Lunes 09 de octubre 2017

¿Cómo adoramos a Dios?

Por: Thomas Mitchinson
¿Cómo adoramos a Dios?
Foto: Difusion

Personas de distintas partes del mundo adoran a Dios de muchas formas diferentes. Para muchos de nosotros, la adoración incluye mantener una continua consciencia de la presencia y el amor de Dios y ejercer una influencia positiva sobre el mundo viviendo desde esa base. Incluye palabras y obras de bondad y gracia.

A medida que humildemente conocemos mejor la naturaleza de Dios y Lo reconocemos como una presencia continua —la presencia de la Vida, la Verdad y el Amor infinitos— momentos de inspiración a menudo resultan en la curación de enfermedades físicas. De esta forma la curación cristiana, sentir el amor de Dios que sana la enfermedad y el pecado, puede ser un resultado crecientemente importante y confiable de nuestra adoración a Dios.

Hace poco me desperté sintiéndome bastante enfermo. Estaba cansado, tenía dolor y me sentía abrumado por el día de trabajo y responsabilidades familiares que tenía por delante. Como pude, llevé a los niños a la escuela; luego me senté en mi escritorio y antes de comenzar a escribir, como hago todos los días, abrí un folleto de artículos inspiradores. Oré en calma con cada oración que leía, esperando encontrar ideas nuevas y dejar de sentirme agobiado. Uno de los artículos contenía la siguiente cita bíblica: “...la oración eficaz del justo puede mucho" (Santiago 5:16).

Este versículo me recordó que recurrir a Dios en momentos de necesidad era hacer lo correcto: era valerme de la salud, el gozo y la salvación. En otras palabras, en lugar de pensar en mí mismo y en mis dolencias, necesitaba adorar mejor a Dios, amarlo más y maravillarme más de Su presencia. Una hora después me di cuenta de que ya era tiempo de ponerme a trabajar en la computadora. Al levantarme de la silla en la que estaba sentado, me di cuenta de que me sentía bien. De hecho, ¡me sentía muy bien! No sólo estaba físicamente bien, sino que estaba mentalmente despejado, lleno de amor y gozo, y me sentía profundamente agradecido a Dios.

Esto me demostró que la curación cristiana no es meramente el resultado de la adoración; es adoración misma. Es dejar que el amor de Dios eleve nuestro pensamiento y disuelva todo temor, inquietud o preocupación que podamos tener. Jesús, que estableció el modelo para la curación cristiana, nos aseguró: “...conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. La verdad que Jesús nos enseñó es que Dios es omnipotente y está siempre disponible, y que para Él todas las cosas son posibles, hasta la curación física.

La fundadora de la Ciencia Cristiana, Mary Baker Eddy, enseñó que la curación cristiana es la forma más elevada de adoración. En Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras ella explicó en detalle la confiabilidad y firmeza del poder de Dios, y cómo comprender este hecho puede traer curación espiritual y salvación a la humanidad, como Jesús lo demostró.

Ella preguntó a sus lectores: “¿Quién se pararía ante una pizarra y oraría al principio de la matemática para que resolviera el problema? La regla ya está establecida, y es nuestra tarea hallar la solución. ¿Le pediremos al Principio divino de toda bondad [Dios] que haga Su propio trabajo? Su obra está hecha, y sólo tenemos que aprovechar la regla de Dios con el fin de recibir Su bendición, la cual nos capacita para ocuparnos de nuestra propia salvación”.

Aquel día, antes de empezar a trabajar, me di cuenta de que mi adoración a Dios era hacer exactamente esto: valerme de Su amor y Su gobierno de mi vida, y confiar en Su omnipotencia, omnipresencia y omnisciencia, que son supremas sobre toda enfermedad, tentación, odio y temor.

Adorar a Dios es dejar que Su amor y poder nos fortalezcan y purifiquen, y comprender que Él es la fuente real de nuestra salud, armonía y existencia. De esta forma cedemos a Su gobierno sobre nuestras vidas y vivimos desde esa base, volviéndonos naturalmente más amorosos, tiernos, compasivos y comprensivos. Nos damos cuenta de que estamos completamente bendecidos por Dios de muchas maneras diferentes y percibimos que al adorar a Dios de esta forma es natural experimentar curación divina.

Thomas Mitchinson escribe sobre la relación entre el pensamiento, la espiritualidad y la salud como Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana para Illinois, EUA. Twitter: @TimMitchinson

Publicado originalmente en Peoria Journal-Star, @pjstar

 

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