Tantas veces Sánchez

Grover Pango, autor de estas líneas

Conocí el nombre de Luis Alberto Sánchez en la galería ilustre del aprismo que mi padre citaba con orgullo. No sólo porque había sido Rector de San Marcos, sino porque era un intelectual indiscutible que el antiaprismo nunca pudo silenciar. Luego supe que había escrito mucho antes en la revista JUSTICIA! en 1926 sumándose a los jóvenes que fortalecieron la invicta peruanidad de Tacna frente al plebiscito. Tenía 25 años; Basadre apenas 23.

Personalmente lo conocí en 1965 y quedé hechizado por su desbordante sabiduría, su fecundidad literaria y su verbo flamígero en el Congreso de la República. Los debates allí eran una cátedra inagotable tanto como hoy algunos parecen una pugna de mercachifles.

Luis Alberto Sánchez –o simplemente LAS- nació como hoy un 12 de octubre de 1900. Tuvo muchos cargos y aunque no hubiera tenido ninguno su solo nombre bastaba para crear uno nuevo. Que haya sido Vicepresidente, Primer Ministro, Rector y Senador no han hecho de LAS una persona importante sino exactamente al revés.

Versátil, oceánico, zumbón, irreverente, prolífico, astuto, admirado, envidiado o vilipendiado, Sánchez nunca dejó de ser un escritor con 104 títulos publicados y artículos por doquier, parlamentario temido, Rector tres veces, político siempre, conferencista e intelectual demandado e incisivo comentarista de televisión. Era simplemente LAS y tantas veces Sánchez.