La analítica al servicio de una sociedad más transparente

Una herramienta es útil en la medida de cómo es empleada y por quién. La analítica ha probado obrar maravillas en toda clase de rubros en numerosos países e instituciones. El Perú no se ha quedado atrás y ya la emplea en el sector público y privado con excelentes resultados, como es su aplicación en la lucha contra la corrupción. 

La corrupción tiene un alto precio para todos, literalmente, ya que le cuesta a Latinoamérica más de 140 mil millones de dólares cada año (según reportes divulgados por Global Financial Integrity). Esto se calcula que es el 3% del PBI de toda la región.

Según Marcelo Sukni, Gerente general de SAS Perú y Chile, compañía líder de software y servicios de Business Anlalytics y Business Intelligence, los países que ya cuentan con políticas claras para controlar el fenómeno de la corrupción vienen empleando una correcta gestión de datos y soluciones analíticas enfocadas en la prevención de fraudes y trazabilidad de las operaciones mediante cadenas de bloques de información encriptada (lo que se conoce como Blockchain). Sin embargo, es necesario señalar que la prevención del fraude va mucho más allá de la teoría y las regulaciones pues requiere que las organizaciones y entidades traduzcan la legislación en impactos positivos y educación en sus empresas, empleados y socios comerciales.

En la práctica, esto significa que no existe un enfoque único que detecte todo tipo de fraude o algún tipo de corrupción en procesos de compras.  Por esa razón, en estos casos se debe prestar especial atención a terceros, incluidos proveedores, socios, agentes y empresas conjuntas, ya que pueden surgir problemas a través de fraude de precios, inflación de precios y facturación doble. 

En este panorama, la analítica puede ayudar mucho al contar con datos heterogéneos provenientes de múltiples sistemas administrativos, contables y de recursos humanos. Es entonces que se pueden acelerar las evaluaciones y las auditorías, así como documentar los casos para una mayor investigación o enjuiciamiento. 

Por último, Sukni resalta que es importante señalar que la tecnología funciona siempre y cuando los ciclos de compras no sean propensos a errores, excepciones o corrupción. Se requiere atención para mejorar la mitigación de riesgos y manejar los difíciles desafíos legales.