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Miércoles 07 de febrero 2018

Lava Jato está perjudicando al Perú más de lo necesario ¿Hasta cuándo?

Por: Gustavo Saberbein, PhD
Lava Jato está perjudicando al Perú más de lo necesario ¿Hasta cuándo?
Foto: Difusion

Es a todas luces claro que el sonado caso de corrupción de Lavajato está perjudicando más de lo necesario a nuestra economía y a nuestra democracia debido a la ineficiencia con que actúan determinados funcionarios públicos que tienen que ver con la investigación y sanción de los culpables, es decir con nuestros gobernantes de nivel nacional, legisladores, procuradores, fiscales, jueces e incluso parte de la radio, TV y prensa escrita.

Retomo por ello un artículo mío publicado en julio pasado por Generaccion.com en el que destaco la experiencia de Alemania en el trato que este país le dio al sonado caso de corrupción de una de sus más grandes empresas internacionales hace aproximadamente una década.

Me refiero a la conocida empresa Siemens, una empresa alemana gigante que ofrecía coimas en diversos países para ganar licitaciones y que hoy, superado el problema, tiene 350 mil trabajadores en más de cien paises, opera en los sectores industrial, enérgético, salud e infraestructura, y goza de una alta competitividad.

En Alemania, los gobernantes, trabajadores y accionistas de la empresa Siemens se pusieron de acuerdo para que existiese un proceso justo para identificar, separar y sancionar a los culpables de la corrupción, sin tener que por ello paralizar a la empresa, ni perjudicar con el desempleo a decenas de miles de ingenieros, técnicos, empleados y obreros calificados.

Procediendo de esta manera, inteligente, justa y eficiente, Alemania evitó perjudicar a su multinacional Siemens y a sus subcontratistas, así como también a los bancos involucrados en el financiamiento de las actividades de Siemens y a sus propios subcontratista.

No hubo ruptura de cadena de pagos alguna, ni quiebra de empresas, evitando con ello un alto desempleo, todo lo contrario a lo que lamentablemente viene sucediendo, en el Perú.

Algo muy  importante de esta aleccionadora  experiencia de Alemania fue  obligar a  que Siemens tome las medidas necesarias para que los hechos de corrupción no se vuelvan a repetir, así como para que Siemens no pierda terreno en el campo de la innovación y la competitividad internacional. Todo lo cual, fue muy bien realizado y supervisado.

Bueno, y ¿cómo hizo esto Alemania?

PRIMERO, identificando, capturando y sancionando con eficiencia a los culpables, que no pasaron de algunas decenas, retirándo de la empresa a todo alto cargo empresarial en cuanto estalló el escándalo, y obteniendo información de los participantes en la corrupción con cargo a cierta reducción de penas si la información que entregaban valía la pena.

SEGUNDO, nombrando nuevos directivos y administradores con capacidad empresarial y honradez probada, los mismos que tuvieron como objetivo sacar adelante a Siemens en los términos antes dichos.

TERCERO, no poniéndo ninguna cortapisa a Siemens, para que siga funcionando dentro y fuera de Alemania y participando en las licitaciones internacionales de su interés, con nueva cara, transparencia y renovada imagen y narrativa.

Así, dicho de manera sencilla, pero cierta, Siemens es hoy nuevamente orgullo de Alemania.

En tanto, nosotros en el Perú, no aprovechamos la experiencia de Siemens ni del Estado Alemán para resolver problemas. Por el contrario, hacemos todo lo necesario para paralizar Odebrecht, Graña y Montero y otras empresas de construcción y supervisión, que tienen disposición, experiencia, capital humano y maquinaria disponible para contribuir a la reconstrucción del país afectada por el Niño Costero, la continuacion de las grandes obras iniciads y la  necesaria expansión de nuestra infraestructura física a lo largo y ancho del país.

Ya tenemos 40 mil trabajadores afectados, decenas de subcontratistas que no pueden afrontar sus acrecencias y una cadena de pagos prácticamente rota  con lo que, considerando el correspondiente efecto multiplicador y el efecto paralizante en la toma de decisiones burocráticas vinculadas a la inversión pública producida por el escándalo  de Lavajato, la publicitada  detencion de personas por orden del poder judicial y la conducta política grandilocuente y vana de ciertos legisladores, hemos morigerado nuestro crecimiento, reducido la inversion póblica y transmitido desazón y desconfianza.

Todo ha sucedido como si alguien lo hubiese programado con maldad para perjudicar seriamente al Perú. Para que dejemos de generar el empleo y los ingresos que necesitamos. Y para destruir parte de nuestro acervo empresarial en el campo de la construcción.

Digámoslo con claridad, todas las veces que sea necesario, Siemens goza hoy de buena salud y esta curada del espanto de la corrupccion y el desprestigio. Aprovechemos su experiencia.

 

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