Jueves 18 de abril 2024 | Contáctenos
El gobierno ante la imperiosa necesidad de disminuir la brecha fiscal heredada del PPkausismo, 3.1% del PBI al cierre del 2017, ha incrementado el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) a: cigarrillos, bebidas gaseosas, bebidas alcohólicas y dos productos que involucran al sector energético: importación de vehículos y combustibles.
Es entendible la necesidad de sanear las cuentas públicas; subiendo ingresos, que significa incrementar la recaudación y reduciendo gastos en el sector estatal. A estas alturas, ya se tiene claro que la Sunat no puede avanzar en la ampliación de la base tributaria y la única forma de disponer de más ingresos es, subiendo los impuestos que pueden recaudarse fácilmente, como la primera transacción en la venta de combustibles. Hay poquísimos agentes: dos empresas de refinación e importadores que pueden ser contados con los dedos de una mano. Ese es el reino del ISC y del IGV que se cobra sobre él.
Si se hacen cifras, la recaudación esperada por el incremento, representa tan solo el 0.2% del PBI, unos 400 millones de dólares anuales. Por el lado del Ministerio de Economía y Finanzas, esperan que el impacto en la inflación sea de adicionar en mayo un 0.2% en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), eso supone una ponderación del 20% del costo del transporte de carga en el precio de alimentos y bebidas. La realidad nos dirá a fin de mes si acertaron con el pronóstico.
Las cifras asumen un precio constante de combustibles para este mes, lo cual no es verdad, pues hay una escalada internacional alcista y lo que se va ocurrir es un doble efecto en el precio. Esto va generar desconfianza en los agentes económicos. El concepto usado para el ISC es que sea contracíclico. Incrementarlo cuando cae el precio de los combustibles y disminuirlo cuando sube. De esa manera mantenemos la recaudación, pues los otros impuestos: rodaje e IGV son porcentajes sobre el valor, lo que hace que puedan aumentar o disminuir. Con esta medida se ha desnaturalizado el concepto.
Una mención final relacionada es el incremento del ISC en 10% a la importación de vehículos nuevos, lo que también va en contracorriente a la renovación del parque automotor para mejorar la calidad de las emisiones.
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