Mg Jorge LUís Martínez, autor de estas líneas
El pasado miércoles, el Fiscal de la Nación se apersonó al Congreso de la República. “Estoy cumpliendo 17 días en el cargo y puedo comunicarles que [el grupo] que condujera el señor Hamilton Castro no entrega la información completa [del convenio con la empresa Odebrecht]. Hace días dijeron, mañana, pasado, hasta el día de ayer dijeron que presuntamente entregarían toda la documentación y no lo han hecho. En las próximas horas lo vamos a obtener y lo vamos a transparentar”, dijo ante la Comisión Lavajato.
Es por el Fiscal Pedro Chávarry que nos enteramos que el señor Castro no ha realizado un adecuado trabajo. Que por él, hasta el día de hoy, solo diez personas han sido detenidas por el escándalo Odebrecht, el caso de mayor corrupción en la historia republicana. ¡Solo diez, increíble! Ni qué decir del ex presidente fugado con ayuda de quienes estuvieron a cargo de la anterior Fiscalía. Nadie sabe cuándo será extraditado desde los EEUU para que rinda cuentas ante la justicia peruana y para que también señale con quienes coordinó en aras de cobrar la coima, fehacientemente probada. Del gobierno de ese ex presidente no hay ningún detenido, ningún Premier, ningún ministro, ni viceministro, ni Secretario General, nadie ha sido detenido. En buena cuenta: una impunidad total.
Eso no es todo. Pedro Chávarry estuvo acompañado del Fiscal Superior Rafael Vela, quien informó y sustentó el nuevo acuerdo de colaboración con Odebrecht. “Parte esencial de la ruptura de las negociaciones con Brasil se debió al incumplimiento de las condiciones de los acuerdos por Hamilton Castro. Resulta que hubo una denuncia de que la prueba obtenida vía los convenios, había sido usada contra la empresa en una investigación en la que Odebrecht no reconocía responsabilidad penal y en la cooperación penal eso no es posible”, señaló el señor Rafael Vela. Como vemos, desde esta tribuna no nos equivocamos al señalar el comportamiento sospechoso de los fiscales que llevaron esta investigación y que el sistema de justicia no funciona en nuestro país. Para muestra un botón: en la cárcel está detenida una voleibolista, mientras que el accionista de un poderoso medio de comunicación, que estuvo detenido, hoy está libre. Una ex alcaldesa, con las pruebas debidas en su contra, sigue libre. Un ex funcionario de la Municipalidad de Lima, con dinero probado en una cuenta en Andorra, sigue libre.
En Brasil, para no ir tan lejos, hay cientos de detenidos por el caso Lavajato (empresarios multimillonarios, políticos y funcionarios públicos), mientras que en nuestro país, casi nadie. Ya es hora pues de diseñar en nuestro país leyes como en otros países a fin de luchar contra la corrupción y vencerla. Ya que si algún día queremos aspirar a entrar en la OCDE, primero tenemos que ser un país serio, uno en el que se sancione con dureza la corrupción. Nadie duda más que la corrupción es una lacra que atrasa el desarrollo de un país y hace que la ciudadanía no confíe en las instituciones. Esto es algo grave que tenemos que corregir. Esperemos que el Ejecutivo de una vez por todas implemente este las normas que se requieren a fin de acabar con este flagelo que corroe los cimientos de nuestra sociedad. Ojalá estemos a tiempo.