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REDES SOCIALES
Martes 28 de agosto 2018

Crisis humanitaria venezolana, la hora de la ONU ha llegado

Por: Jorge Luis Martinez
Crisis humanitaria venezolana, la hora de la ONU ha llegado
Foto: www.elespectador.com

 
El vía crucis del pueblo venezolano no tiene fin.

Las imágenes en la que se pueden ver a miles de venezolanos tratando de entrar a nuestro país en busca de mejores oportunidades o aquellas que muestran a otros errando por autopistas ecuatorianas, con sus familias y seguramente, la mayoría de ellos, sin haber probado alimento, muestran el lado trágico de este siglo que se encuentra en las postrimerías de su segunda década. Estas imágenes de miles de venezolanos yendo por doquier en busca de un mejor destino han convertido a Venezuela, tal como un ex canciller peruano, en la Siria de América Latina.

Un verdadero drama humanitaria, no cabe duda, es lo que tenemos hoy ante sí todos los peruanos. Una situación que exige deslindar firme y categóricamente con las expresiones xenofóbicas de los que, haciendo escarnio del sufrimiento de los desesperados que vienen en búsqueda de ayuda, dan rienda suelta a sus bajas pasiones y expresan, dañando la imagen de nuestro país, inefables y descalificables opiniones para las que Ricardo Belmont, candidato a la alcaldía de Lima, olvidando los orígenes de su familia, sirve de caja de resonancia.

No obstante, Ricardo Belmont y quienes (una dañina minoría) hacen mal uso de las redes sociales aparte, lo cierto es que esta crisis humanitaria se tiene que hacer algo diferente a todo lo que se ha hecho a fin de que el vía crucis de nuestros hermanos del país de los llanos llegue a su fin. Algo que responda en forma diferente a la pregunta sobre qué hacer que muchos plantean ante tamaña situación. Algo que fuerce a que la  OEA convoque a sus países miembros. Algo que no tome en cuenta al chavista UNASUR, en rápida liquidación. Algo que apele a los organismos de derechos humanos y que interpele a los voceros de las ONG que, en principio, velan por los derechos fundamentales de quienes se encuentran en el trance en el que se hayan los hermanos venezolanos.

Decimos esto ya que en el plano diplomático ya se hizo casi todo: Numerosas cartas de la OEA dirigidas al señor Nicolás Maduro, presencia de mediadores internacionales de miras a dar una mano a los venezolanos en aras de que puedan resolver la crisis política y económica que lleva años agobiándolos y que ha conducido, petroleramente hablando, al país más rico de esta parte del mundo a sufrir lo indecible en términos políticos, económicos y sociales. Forzando a muchos, centenas de miles, reiteramos, tal como se puede ver, a tomar el camino del éxodo. Una verdadera desgracia.    

Así las cosas, creemos sin embargo que queda por intentar una vía. La única a disposición en esta hora de trance nacional. Se encuentra en el capítulo VII, artículo 43, de la Carta de las Naciones Unidas: “Todos los Miembros de las Naciones Unidas, con el fin de contribuir al mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, se comprometen a poner a disposición del Consejo de Seguridad, cuando éste lo solicite, y de conformidad con un convenio especial o con convenios especiales, las fuerzas armadas, la ayuda y las facilidades, incluso el derecho de paso, que sean necesarias para el propósito de mantener la paz y la seguridad internacionales.”. He ahí la opción, el camino que requiere que todos los cancilleres de América Latina se reúnan de urgencia a fin de solicitar ONU las acciones correspondientes en aras de acabar con la crisis humanitaria que es hoy la realidad de Venezuela.

Ya es hora de tomar el toro por las astas. El dictador venezolano jamás acatará ninguna orden por la vía diplomática. No lo ha hecho ayer, no lo hace hoy, menos lo hará, las pruebas sobran, mañana. Mientras, el pueblo hermano de Venezuela sufre los embates de la peor crisis económica, social y política de su historia. Mientras, como hemos dicho, centenas de miles de venezolanos optan por el éxodo y buscan refugio en los países aledaños de miras a seguir sobreviviendo. Tomemos el toro por las astas. O acaso no es cierto que lo que ha hecho el señor Nicolás maduro con la Carta Interamericana de la OEA no es otra cosa que mandarla al tacho. Es el momento de actuar. No se puede convivir con un país que no respeta las leyes internacionales y somete a su pueblo a una barbarie sin precedentes. Esto tiene que acabar y ya. La vía de la fuerza militar es la única solución.

Hoy América Latina tiene la obligación de ponerse de pie. Y actuar. Basta ya de cartas rogatorias enviadas al dictador; a estas alturas, eso es parte de la historia. Hoy se trata de solicitar ayuda internacional a la única institución que puede velar por la seguridad mundial, la Organización de las Naciones Unidas, la ONU. La fuerza al servicio de la justicia es el camino. 

 

 

 

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