Miércoles 24 de abril 2024 | Contáctenos
Mg Jorge Luis Martínez, autor de estas líneas
“Respetuoso de la Constitución Política del Perú, que juré respetar y hacer respetar; acudo a ella, poniendo como testigos a todos los peruanos e invoco la aplicación de su artículo 133, planteamos la cuestión de confianza al Congreso de la República para aprobar las cuatro reformas constitucionales presentadas al Congreso. Para ello, mediante Decreto Supremo N° 097-2018- PCM, convoco a legislatura extraordinaria al Congreso de la República de acuerdo al inciso 6) del artículo 118 de la Constitución, para el día miércoles 19 de septiembre a las 8:00 de la mañana”, he ahí algunas de las palabras que el presidente Martín Vizcarra dirigió al país la noche de este domingo 16 de septiembre. Lo suficiente para convertir un día de descanso en uno de incertidumbre y de inicio de una crisis política.
No cabe duda, el señor Martín Vizcarra ha puesto de vuelta y media a todo mundo en nuestro país y asimismo en vilo al sector de la prensa extranjera que sigue a pie juntillas lo que sucede por nuestros lares. Pues si lo que dijo a propósito de nuestra patria en la entrevista que concedió a un canal internacional, sembrando dudas sobre el futuro del Perú, lo del domingo por la noche ha desencadenado un tole tole mayúsculo. Al punto que cabe preguntar por la causa que lo impele a actuar de esa forma y tentando dar respuesta a esta legítima interrogante, decir si acaso no es esa suerte de droga que son las encuestas, que como sabemos no son otra cosa que una fotografía del momento, lo que lo llevado a hacer lo del domingo por la noche. Otra no puede ser la razón que lo ha llevado a actuar de esa manera. Los sondeos de opinión que han pervertido nuestro sistema político, al punto de convertirlo en una suerte de encuestocracia.
De acuerdo a IPSOS, el porcentaje de la aprobación del presidente Martín Vizcarra inició su caída en mayo de este año, entonces 52 de cada 100 de los encuestados manifestaron su aprobación. A fines de junio tan solo el 37% lo veía con buenos ojos y al finalizar el mes de julio tan solo 35% aprobaba su performance en Palacio de Gobierno. He ahí, la verdad salta a la vista, los guarismos que nos revelan la nueva forma de gobernar de la que hace gala con menos acierto del que pretende el presidente Martín Vizcarra. Mal, muy mal, porque a consecuencia de ese magro 35% de julio sus asesores extranjeros le dieron la idea del referéndum. Un tema que desde entonces es central en la agenda política y que le permitió ganar once puntos porcentuales a fines de agosto (46%), nivel de aprobación que se mantuvo hasta mediados de este mes (45%, el 15 de septiembre) y que más que seguro lo empujó, sin darle tiempo a sopesar las consecuencias, a plantear la cuestión de confianza. ¡Vaya forma de dirigir el país!
Así las cosas, las preguntas que cabe plantearse concierne a lo que viene después del referéndum, ¿mejorará esta consulta popular la vida del peruano de a pie?, ¿estará suponiendo el presidente que los índices de corrupción bajarán con esta consulta popular?, ¿pensará que a los peruanos que esperan la reconstrucción les mejorará la vida?, ¿disminuirán los niveles de anemia en los niños? Ya se pueden imaginar la respuesta, un rotundo no. Lo que por el contrario podría suceder es que los peruanos se sientan decepcionados y su popularidad descienda a niveles insospechados. Un jefe de Estado no puede al vilo a un país a partir de las encuestas. Eso no es serio. No se puede jugar el futuro de un país solamente en base a las emociones. Un jefe de Estado es el conductor político del país y es por eso que sus decisiones tienen que estar a la altura de la institución que él encarna.
Señor Martín Vizcarra de muestras de sensatez. Muestre que ha escuchado a los congresistas de todas las fuerzas políticas que usted recibió el día lunes 17 de septiembre en Palacio de Gobierno. Los congresistas no se han ido por las ramas, le han explicado la situación de los proyectos de ley enviados por el Ejecutivo. De muestras que ha entendido lo que implica el trabajo parlamentario en lo referente a cambios constitucionales. Estos toman tiempo y no se pueden hacer de la noche a la mañana, pues su diseño se perfila en base a consensos entre las fuerzas políticas, algo que está lejano y ajeno a toda suerte de imposición del Ejecutivo. Deje que el cronograma siga su curso y que para una fecha a fijar en el curso del mes de octubre los proyectos de ley estén listos para ser aprobados.
De muestras de sensatez pues señor Martín Vizcarra. Siquiera por una vez y tome sobre todo en cuenta que en la encuesta del domingo último un 79% de peruanos hizo saber que nuestro país avanza por un rumbo equivocado. Está advertido, no busque culpables y acepte sus responsabilidades.
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