La reconstrucción post desastre supone un proceso que debe ser integrado, articulador y sinérgico, basándose en un enfoque que reduce los riesgos preexistentes y evita que se den nuevas condiciones de vulnerabilidad. A pesar de ello,del presupuesto destinado a la reducción de vulnerabilidad por desastres debidos a fenómenos naturales para el 2018, la Municipalidad de Lima solo ha ejecutado el 9,7% al mes de agosto y, según CENEPRED, 80% del territorio peruano es vulnerable ante eventos naturales de gran magnitud, y en lo que va del año, la ejecución de los proyectos de reconstrucción es menor al 10% a nivel nacional.
De acuerdo a las experiencias expuestas por expertos nacionales e internacionales en el XII Simposio Internacional de Gestión del Riesgo de Desastres, aún existen en el país intentos truncos de reconstrucción, con una gestión débilmente articulada y sin la participación de todos los actores que deben estar involucrados y que cuentan con una responsabilidad en el proceso de reconstrucción. A continuación, algunos a factores que dificultan una reconstrucción efectiva en el Perú:
SOBRE EL XII SIMPOSIO INTERNACIONAL EN GESTIÓN DEL RIESGO DE DESASTRES
Entre el 5 y el 8 de setiembre se realizó en Lima el 12° Simposio Internacional en Gestión del Riesgo de Desastres, evento que contó con la participación de expertos nacionales e internacionales en lo que a gestión de riesgos y reconstrucción después de desastres se refiere. En el evento se llevaron a cabo distintas exposiciones y mesas de trabajo, que tuvieron el objetivo principal de contribuir a formular lineamientos de políticas públicas alineadas al Marco de Sendai y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030.
El Simposio tuvo como objetivo también orientar la reconstrucción hacia la resiliencia de las ciudades, es decir, desarrollar, como país, la capacidad de recuperarse rápidamente después de ocurrido un desastre de gran magnitud. Esta reconstrucción tiene características diferentes a las obras que se realizan en periodos normales. Después de un desastre, las obras se inician con atención humanitaria de emergencia y la reconstrucción misma, en un proceso en el que las tareas de emergencia van dando paso paulatino a las tareas de reconstrucción. En este proceso es muy importante la comunicación hacia la población afectada y un liderazgo fuerte que obtenga de la población credibilidad y confianza hacia los encargados de realizar las obras.