Viernes 26 de abril 2024 | Contáctenos
El ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Ernesto Arújo, se unió al gobierno de Donald Trump y culpó a las fuerzas cubanas por apuntalar al presidente venezolano Nicolás Maduro y exhortó a Rusia a unirse a las naciones desarrolladas para respaldar a un gobierno interino para cambiar la nación sudamericana rica en petróleo.
El número uno de la diplomacia brasileradijo ayer jueves 7 de febrero durante una visita a Washington que Nicolás Maduro probablemente no estaría en el poder si no estuviese apoyado por las fuerzas cubanas en Venezuela.
"Esta es una gran parte del problema", dijo el canciller brasilero. "Estamos totalmente de acuerdo en que Cuba tiene un papel, un rol desafortunado en mantener la dictadura de Maduro en el poder", precisó.
Es un desarrollo significativo para la nación más grande de Sudamérica ofrecer ese apoyo a la Administración Trump en uno de los aspectos más controvertidos de su política de Venezuela.
En los últimos meses, desde la llegada del Asesor de Seguridad Nacional John Bolton, la Casa Blanca ha estado reformando agresivamente la política de Venezuela con miras a Cuba, o, como dicen algunos, la "política de cubanización de Venezuela". Pero el gobierno también estadounidense ha sido criticado por el riesgo de aislar a los Estados Unidos yendo tras la pequeña nación insular en el Caribe.
En el nuevo gobierno de derecha de Brasil, el gobierno de Donald Trump tiene un aliado importante en un momento crucial. Brasil tiene una gran influencia económica y política en la región como uno de los socios comerciales más importantes.
Ernesto Araújo también se reunió con el senador Marco Rubio, representante republicano por Florida, quien ha trabajado en estrecha colaboración con Donald Trump en la política latinoamericana, con miras a abordar la lucha contra Nicolás Maduro y el papel de Cuba.
"También discutimos el papel desestabilizador que juega el régimen cubano, ya que sigue protegiendo a Maduro y sus matones", dijo Marco Rubio.
A algunos les preocupa que la mayor atención de la administración de Donald Trump hacia Cuba corra el riesgo de fracturar a una delicada organización de la coalición internacional.
Brasil históricamente ha tomado una posición neutral en la larga disputa entre Estados Unidos y Cuba. El Partido de los Trabajadores de izquierda comenzó a abrazar a Cuba a fines de la década pasada, mientras lo empujaba para que se abriera. Bajo la presidencia de Jair Bolsonaro, la política exterior del país más grande de América Latina parece estar cambiando más cerca del punto de vista de los Estados Unidos.
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