Viernes 26 de abril 2024 | Contáctenos
Grupos indígenas brasileños dicen que el presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro ha incrementado el acaparamiento de tierras, la intimidación y los asesinatos durante su breve período en el cargo.
El miércoles, varias organizaciones indígenas entregaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que recibió en Bolivia un sombrío informe conjunto.
El informe, detalla un fuerte aumento en los ataques a los indígenas desde que Bolsonaro ganó la presidencia en las elecciones de octubre de 2018.
En menos de tres meses, según el informe, se documentaron al menos 16 ataques contra comunidades indígenas en Brasil. Además de cuatro homicidios, el informe recuenta las lapidaciones, la deforestación, las amenazas y los incendios provocados.
El diseño del documento presentado a la comisión fue la Coordinación de Organizaciones Indígenas de la Amazonia Brasileña (COIAB); La Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB) l; Articulación de los Pueblos Indígenas del Noreste, Minas Gerais y Espíritu Santo (APOINME); y el Indian Law Resource Center (ILRC).
Según el informe, las comunidades indígenas han visto centros de atención de la salud incendiados, bombardeados por los agricultores y disparados con balas de goma. Muchos resultaron heridos, y algunos murieron.
"Durante 519 años, los indígenas saben qué es la violencia", dijo Angela Amanakwa Kaxuyana, coordinadora de COIAB.
"La diferencia es que ahora estos ataques están institucionalizados, ya que el propio presidente incita al odio", dijo desde Bolivia.
Y a medida que aumentan los ataques, según los grupos indígenas, Bolsonaro ha comenzado a desmantelar muchos de los cuerpos responsables de proteger los derechos de las tierras nativas, allanando el camino para más apropiaciones de tierras.
Antes del ascenso de Bolsonaro al gobierno, la Fundación Nacional de los Indios (FUNAI), que forma parte del Ministerio de Justicia, supervisaba las cuestiones relacionadas con los derechos indígenas.
Pero después de que Bolsonaro asumiera el cargo, dividió las responsabilidades de FUNAI entre el Ministerio de Derechos Humanos y el Ministerio de Agricultura, que ahora controla las designaciones de tierras.
Las elecciones de Bolsonaro para los jefes de ambos ministerios han generado aún más controversia.
Bolsonaro eligió a Damares Alves para dirigir el Ministerio de Derechos Humanos. Sin embargo, la revista Epoca acusó a Alves de secuestrar a su hijo adoptivo indígena, una acusación que Alves niega.
A la cabeza del Ministerio de Agricultura está Tereza Cristina, que ha pedido que se reapropien las tierras indígenas para la agricultura comercial.
Cristina también preside el llamado banco rural, uno de los grupos parlamentarios más influyentes, que según el informe está alineado con los intereses de la industria agrícola.
El coordinador de COAIB, Kaxuyana, agregó: "Eso es como abrir la puerta de las tierras indígenas a nuestros enemigos".
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