La oposición de Venezuela se está preparando para una severa represión política después de que Nicolás Maduro arremetiera contra los "títeres diabólicos proimperialistas" que, según él, intentaban expulsarlo de la presidencia y se comprometió a encarcelarlos a todos.
La lucha entre Maduro y su retador, Juan Guaidó, se intensificó dramáticamente la semana pasada con la detención de la mano derecha de Guaidó, Roberto Marrero.
Marrero, un abogado de 49 años, fue acusado de ayudar a dirigir una "célula terrorista" anti Maduro que estaba planeando una serie de asesinatos políticos y ataques diseñados para obligar al sucesor de Hugo Chávez al poder.
El ministro de información de Maduro, Jorge Rodríguez, afirmó el sábado que el jefe de esa supuesta red era el mentor político de Guaidó, Leopoldo López. Acusó al grupo de reclutar mercenarios centroamericanos para llevar a cabo ataques contra los líderes políticos y militares de la "revolución bolivariana" de Maduro.
Al dirigirse a un mitin en Caracas el sábado, Maduro insinuó que Guaidó y otras figuras clave de la oposición también estaban en su mira.
"En los próximos días, ciertamente veremos más terroristas capturados, cualquiera sea su nombre", dijo Maduro. “Habrá justicia en Venezuela. No rehuiremos enviar a estos ladrones a la cárcel, uno por uno, más temprano que tarde... Tenemos sus nombres. Conocemos sus caras".
El domingo, la portada de un tabloide pro Maduro, Últimas Noticias, alimentó los temores de la oposición de que Guaidó pudiera enfrentar un arresto. "Guaidó trajo asesinos para cometer actos de terror", dijo.
Cualquier movimiento contra Guaidó podría provocar una fuerte reacción de Washington. Donald Trump ha puesto todo su empeño detrás de los esfuerzos para destituir a Maduro y la Casa Blanca ha advertido de un retroceso "significativo" si Guaidó es arrestado o dañado.